ÍNDICE
  1. La menopausia puede "acabar" con tu vida
  1. La verdadera raíz del problema
  1. La mejor parte de tu vida comienza ahora
  1. Necesitas verte y vivir
  1. Cuidar tu cuerpo es tu nuevo acto de amor propio
  1. El camino hacia el renacimiento
  1. Eres libre para vivir la vida que quieras
  1. Vision Board – Tablero de sueños
  1. Contratos contigo misma
  1. Vuelve a ti: Reencuentro con tu fuerza
  1. El cambio que lo cambia todo
Un Nuevo Comienzo
Bienvenida a un viaje de autodescubrimiento y renovación durante la menopausia. Juntas exploraremos cómo transformar esta etapa en una oportunidad para reconectar con tus sueños..
-Thelma Baniski
INTRODUCCIÓN
Empieza un viaje de autodescubrimiento, bienestar y renovación. Este libro es una invitación a abrazar la menopausia como una oportunidad para reconectar con tus sueños, redescubrir tu pasión por la vida y vivir con plenitud y alegría. Al fin y al cabo, la mejor etapa de tu vida tal vez esté apenas comenzando.
Durante años, la menopausia ha sido tratada como un tabú, un tema a evitar o enfrentar en silencio. Pero no tiene por qué ser así. Este período natural de la vida femenina puede vivirse con conciencia, preparación e incluso celebración. En este libro, encontrarás no solo información basada en investigaciones actualizadas, sino también historias reales de mujeres que transformaron esta fase en un trampolín hacia una vida más auténtica y satisfactoria.
Vamos a desmitificar los síntomas, explorar tratamientos naturales y convencionales, y, sobre todo, cambiar la narrativa sobre lo que significa envejecer como mujer en nuestra sociedad. Prepárate para descubrir herramientas prácticas que te ayudarán a navegar por los desafíos físicos y emocionales, mientras abrazas las nuevas posibilidades que surgen cuando nos liberamos de antiguas expectativas y patrones limitantes.
La menopausia no es el final, sino un nuevo comienzo lleno de potencial y sabiduría. Te acompañaré en cada paso de este camino, ofreciéndote el conocimiento y el apoyo necesarios para que esta transición sea una experiencia de transformación y renovación positiva.
PRÓLOGO
Este libro que tienes en tus manos nace de una experiencia profundamente vivida y honestamente compartida. Su autora, Thelma Baniski, es mi esposa. Brasileña de alma, española de corazón. Y si algo la define es su inquietud constante por aprender, crecer y ayudar a otros a hacer lo mismo.
Hace algunos años, Thelma atravesó un momento difícil tras una cirugía bariátrica. Empezó a sentir cambios físicos y emocionales tan intensos que llegó a pensar que algo grave le estaba ocurriendo. Con el tiempo, descubrió que lo que estaba viviendo era una menopausia adelantada, y que muchos de esos síntomas no eran señales de locura ni de debilidad, sino parte de un proceso natural para el que casi nadie nos prepara.
Fue entonces cuando hizo lo que mejor sabe hacer: se puso a investigar. Leyó, estudió, preguntó, se formó. Combinó todo ese conocimiento con su propia experiencia personal y creó una forma de afrontar la menopausia con inteligencia, compasión y energía. Y no solo la afrontó: la transformó en una oportunidad para renovarse por dentro y por fuera. Yo fui testigo de todo ese proceso. La acompañé como esposo, sí, pero el mérito fue todo suyo.
De ahí nació su deseo de compartir lo aprendido. Primero con amigas, luego con seguidoras en redes, y ahora con lectoras. Este libro es el primer volumen de una serie dedicada a esa etapa de la vida que tantos temen y tan pocas comprenden.
Thelma la presenta como un escalón —una subida, sí, pero también una superación— en el camino vital. Como dirían los antiguos griegos, un climaterio: una etapa de transición, con sus retos y sus recompensas. No es el final de nada, sino el comienzo de otra etapa que puede ser, incluso, mejor que la anterior. Thelma ha querido convertir el abanico, ese símbolo tan español y tan femenino, en emblema de su propuesta. No para esconder los sofocos, sino para afrontarlos con elegancia, con arte y con decisión. Y así es también su enfoque: práctico, bello y valiente.
Este libro no es solo para mujeres. Es también para quienes las aman. Para que las comprendan, las apoyen y caminen junto a ellas. Porque acompañar no es resolver, es estar. Y en esa tarea, como esposo, como médico y como filósofo, he aprendido que la sabiduría no siempre está en tener respuestas, sino en ofrecer presencia.
Ojalá que este libro ayude a muchas mujeres a reencontrarse consigo mismas, y a muchos hombres a comprender mejor el viaje que ellas están haciendo. Porque, como demuestra Thelma, no estás loca: es la menopausia. Y también, si sabes cómo mirarla como ella nos enseña, es una nueva oportunidad.
Con admiración, amor y respeto,
-Álvaro Bastida
Soy Thelma Baniski
Quiero ayudarte a transformar tu experiencia con la menopausia porque sé exactamente lo que estás atravesando. Mi misión es acompañarte en este camino, convirtiendo lo que muchas consideran un desafío en una oportunidad extraordinaria para tu crecimiento personal.
Mi camino comenzó con una experiencia personal: tras una cirugía bariátrica a los 42 años, enfrenté una menopausia precoz que me enseñó algo fundamental – no fueron solo los cambios hormonales los que transformaron mi vida, sino un cambio profundo en mi mentalidad.
A partir de mi propia experiencia, creé un enfoque único que combina ciencia actualizada sobre los procesos neurobiológicos de la menopausia, investigaciones recientes sobre terapias hormonales y no hormonales, y los últimos avances en nutrición y medicina integrativa específicos para esta etapa. Este conocimiento científico, combinado con técnicas de cambio de mentalidad y herramientas prácticas, permite a las mujeres recuperar su bienestar de manera integral.
Mi propósito va más allá de informar – busco ayudarte a cambiar completamente tu narrativa sobre la menopausia, rompiendo el silencio y mostrándote cómo estos cambios pueden ser una puerta hacia nuevas posibilidades.
Como escritora, conferenciante internacional y mentora, he guiado a mujeres de diversos entornos, transformando los desafíos de la menopausia en oportunidades para vivir con mayor plenitud y autenticidad.
En este libro no vas a encontrar todavía explicaciones detalladas sobre el cerebro, el sistema inmunológico o la salud metabólica durante la menopausia. Todo eso vendrá más adelante. Antes de entrar en el plano físico y clínico, necesitamos dar el paso más importante: cambiar la forma en que entendemos esta etapa de la vida. A través de estas páginas, quiero ayudarte a transformar tu mirada sobre la menopausia, a dejar atrás creencias limitantes y a abrir espacio para una comprensión más realista, práctica y respetuosa contigo misma. Porque solo desde ese nuevo enfoque mental es posible tomar decisiones conscientes, cuidar tu cuerpo y vivir esta transición con serenidad y sentido.
CAPÍTULO 1
La menopausia puede "acabar" con tu vida
La menopausia puede transformar radicalmente la vida cotidiana, trayendo síntomas como sofocos, niebla mental, cambios emocionales, insomnio y cambios corporales. Muchas mujeres sufren en silencio por falta de información y apoyo, creyendo que están perdiendo la cordura. Entender lo que está sucediendo y buscar apoyo es crucial para transformar esta fase en un período de renovación y fuerza personal.
La menopausia puede "acabar" con tu vida
La menopausia trae consigo una serie de síntomas que pueden transformar radicalmente nuestra vida cotidiana. Los sofocos intensos se manifiestan como oleadas repentinas de calor que hacen que quieras meterte dentro del refrigerador y quedarte allí, despertándote por la noche con la sábana completamente mojada. Estos episodios pueden ocurrir varias veces al día, haciendo imposible mantener una rutina normal de trabajo o un sueño reparador.
Un sofoco típico suele durar entre 30 segundos y 5 minutos, aunque la sensación de incomodidad puede extenderse más tiempo si se acompaña de sudoración, palpitaciones o ansiedad.
TIP inmediato: en cuanto sientas que comienza, respira lenta y profundamente por la nariz y suelta el aire por la boca. Si puedes, colócate una toallita húmeda en la nuca o en la parte interior de las muñecas. Llevar un abanico en el bolso también puede convertirse en tu mejor aliado.
La niebla mental es otro desafío considerable: olvidos frecuentes, dificultad para concentrarse y sensación de estar "perdida" en tareas sencillas que antes realizabas con facilidad. Muchas mujeres informan de olvidar palabras a mitad de frases o perder objetos comunes como llaves y gafas varias veces al día.
Este fenómeno puede aparecer en cualquier momento del día y durar desde unos minutos hasta horas, especialmente si hay cansancio, estrés o falta de sueño.
TIP inmediato: cuando sientas que tu mente se dispersa, para unos minutos. Respira profundamente, toma un sorbo de agua y haz una lista breve de lo que estabas haciendo o querías hacer. Escribir puede ayudarte a reconectar con tu foco mental y a reducir la frustración. Los cambios emocionales se vuelven evidentes con una irritabilidad extrema, cambios bruscos de humor y mayor sensibilidad que pueden afectar a tus relaciones. Puedes sorprenderte llorando sin motivo aparente o teniendo explosiones de ira desproporcionadas a las situaciones, dejando a familiares y amigos confusos y distantes.
El insomnio persistente se convierte en una batalla nocturna con dificultad para conciliar y mantener el sueño, incluso cuando el cuerpo está agotado. Pasas horas mirando al techo, preocupada por problemas que durante el día parecían manejables, agravando aún más la fatiga crónica que ya experimentas.
Este tipo de insomnio puede prolongarse durante semanas o incluso meses, apareciendo con frecuencia en mitad de la noche y haciendo que despiertes entre las 2 y las 4 de la madrugada sin poder volver a dormir.
TIP inmediato: si llevas más de 20 minutos despierta, evita quedarte en la cama dando vueltas. Levántate, baja la luz y realiza una actividad monótona y relajante (leer algo ligero, doblar ropa, respirar profundamente). Volverás a sentir sueño más fácilmente si no asocias la cama con la ansiedad de no dormir..
Los cambios corporales no deseados se presentan como un aumento de peso inexplicable, especialmente en la región abdominal, incluso manteniendo la misma dieta y nivel de actividad física. La redistribución de la grasa corporal se produce rápidamente, haciendo que la ropa que te quedaba perfectamente ya no cierre.
Este tipo de cambio puede darse en cuestión de semanas o meses, y suele ir acompañado de una sensación de pérdida de control sobre el propio cuerpo, lo que afecta directamente a la autoestima.
TIP inmediato: no te peses todos los días. En lugar de eso, céntrate en cómo te sientes en tu cuerpo. Elige ropa cómoda pero favorecedora, y haz al menos 10 minutos de movimiento consciente al día (caminar, estirarte o subir escaleras). Ayuda a reconectar con tu cuerpo y reducir la frustración.
La menopausia puede acabar con tu vida si no entiende lo que está sucediendo. Puede dejarnos deprimidas y esa depresión nos lleva a la soledad. Las mujeres no encuentran a personas iguales porque siempre ha existido este tabú, este tema que nadie quiere discutir abiertamente.
1
Perimenopausia
Es el período previo a la menopausia, que puede durar de 2 a 10 años, donde los niveles hormonales comienzan a fluctuar causando irregularidades menstruales y la aparición de los primeros síntomas.
2
Menopausia
Se confirma después de 12 meses consecutivos sin menstruación, marcando el fin de la etapa reproductiva.
3
Postmenopausia
Es toda la etapa posterior, donde algunos síntomas pueden persistir pero suelen estabilizarse, aunque aparecen nuevos desafíos relacionados con la salud ósea y cardiovascular debido a la disminución prolongada de estrógenos.
Con el pasar de las páginas de este libro, y al formar parte de mi comunidad, vas a ganar el conocimiento necesario para hablar con claridad con tu médico. Y si no te escucha, también tendrás la confianza para elegir a otro que sí lo haga, que te mire como persona y no como "una más".
Muchas de nosotras sufrimos en silencio, pensando que estamos perdiendo la cabeza o que lo que sentimos "está en nuestra mente", como nos repiten tantos profesionales mal informados.
Hemos salido de consultorios con frases como "es normal" o "todas pasamos por esto", pero sin una sola orientación útil sobre cómo afrontar estos cambios tan profundos.
Este libro es el primer paso para que eso deje de ocurrir.
Es como si, de repente, nuestro cuerpo se convirtiera en un extraño, reaccionando de formas que ya no reconocemos. La falta de información y apoyo adecuados transforma una fase natural de la vida en un período traumático que puede afectar drásticamente nuestra calidad de vida, autoestima y capacidad de permanecer activas y realizadas.
Impactos en la carrera y las relaciones
Carrera en riesgo
La menopausia puede afectar significativamente tu vida profesional. Las nieblas mentales perjudican la concentración y la productividad, haciendo que tareas antes sencillas se conviertan en desafíos diarios. Muchas mujeres informan tener dificultades para seguir reuniones largas o realizar múltiples tareas simultáneamente.
Una seguidora me contó recientemente que estaba teniendo problemas en el trabajo: "¿Qué hago? Está influyendo en mi trabajo, no puedo prestar atención, no puedo producir como lo hacía antes. Tengo miedo de perder mi posición o ser reemplazada por alguien más joven."
Desafortunadamente, esta es una realidad común. Muchas mujeres enfrentan desafíos profesionales importantes durante la menopausia, con algunas incluso considerando reducir la carga de trabajo o abandonar carreras construidas a lo largo de décadas debido a los síntomas debilitantes que enfrentan a diario.
Pero aquí es donde quiero invitarte a un cambio de perspectiva. No somos víctimas. Hemos aprendido a sobrevivir muchas cosas a lo largo de la vida, y esta no es una excepción. Estamos atravesando una fase natural, no una enfermedad. Lo que necesitamos no es resignación, sino herramientas, información clara y una nueva forma de mirar lo que nos pasa.
La clave está en dejar de culpabilizarnos o escondernos, y empezar a adaptarnos con inteligencia, sin vergüenza y sin miedo.
Relaciones afectivas
Las relaciones también sufren con los cambios de humor e irritabilidad. Muchas mujeres experimentan momentos de descontrol emocional que sus parejas no comprenden. La comunicación se vuelve difícil cuando tú misma no entiendes lo que está sucediendo con tu cuerpo y tus emociones.
Conozco historias de mujeres que llegaron a divorciarse durante la menopausia porque el marido dijo: "Terminó para mí, no lo soporto más, no quiero pasar el resto de mis días con una persona así". Relaciones de décadas pueden desmoronarse cuando no hay comprensión mutua sobre esta etapa natural de la vida.
La intimidad también se ve afectada. Los cambios hormonales pueden causar sequedad vaginal y disminución de la libido, creando un abismo emocional aún mayor entre las parejas. Muchas mujeres se sienten incomprendidas y solas, incluso estando en una relación de larga data.
La relación con los hijos tampoco queda fuera. La irritabilidad, la fatiga y la falta de paciencia pueden generar tensiones en casa, malentendidos y distanciamiento emocional. A menudo, ellos no entienden por qué su madre ya no responde como antes, y eso puede provocar culpa en ambas partes.
Pero aquí es importante hacer una pausa y mirar con honestidad: nuestro entorno no está obligado a saber lo que nos pasa. Ni nuestra pareja, ni nuestros hijos, ni nuestros amigos pueden leer nuestra mente ni sentir lo que sentimos. No están en nuestro cuerpo. Tenemos la costumbre de esperar comprensión sin haber explicado nada, como si el hecho de que nos quieran fuera suficiente para que entiendan lo que estamos viviendo. Pero no es así: si no lo comunicamos, no pueden saberlo.
Esta etapa exige un nuevo tipo de comunicación, más clara, más abierta y sin culpas. Solo así podemos transformar la sensación de aislamiento en conexión.
Cuando llega la menopausia, es como si estuvieras saltando de un avión sin paracaídas. Pierdes el control de aspectos importantes de tu vida y, sin el conocimiento adecuado, puedes ver cómo tu matrimonio, tu carrera, tu salud y hasta tu vínculo con tus hijos se resienten. La sensación de soledad puede ser abrumadora, especialmente cuando tus preocupaciones se minimizan o no encuentras con quién compartirlas.
Es esencial comprender que estos impactos no son permanentes y que, con el apoyo y el tratamiento adecuados, es posible atravesar esta etapa manteniendo tu calidad de vida, tus relaciones y tu identidad personal. No tenemos que resignarnos a perderlo todo. Podemos —y debemos— hablar, informarnos y pedir ayuda. No desde el reproche, sino desde la claridad.
Salud en peligro
La menopausia afecta a todo el cuerpo, creando un efecto dominó de problemas interconectados. Cuando no duerme bien debido a los sudores nocturnos, se siente irritada al día siguiente. La ansiedad aumenta, busca consuelo en alimentos dulces, lo que lleva al aumento de peso, el colesterol alto y otros problemas de salud.
Este círculo vicioso compromete su calidad de vida en todos los ámbitos: profesional, personal y familiar. Sin una intervención adecuada, estos síntomas pueden evolucionar a condiciones graves como accidente cerebrovascular, diabetes tipo 2 e incluso depresión profunda. Lo más alarmante es que muchas mujeres normalizan este sufrimiento, creyendo que es una parte inevitable del envejecimiento.
Es fundamental entender que estos no son solo "molestias pasajeras", sino condiciones médicas reales que requieren atención especializada y tratamiento adecuado para preservar su salud y bienestar a largo plazo.
Evolución y peligros de los síntomas en las etapas de la menopausia:
1
Perimenopausia
  • Irregularidad menstrual: Puede ocultar condiciones como fibromas o pólipos que requieren atención médica.
  • Sangrado abundante: Riesgo de anemia ferropénica, fatiga crónica y debilidad general.
  • Sofocos leves: Alteración de la temperatura corporal que interrumpe actividades diarias y el sueño.
  • Cambios de humor: Pueden derivar en conflictos interpersonales y afectar relaciones importantes.
  • Aumento de peso abdominal: Eleva el riesgo de síndrome metabólico, afectando corazón e hígado.
2
Menopausia
  • Sudores nocturnos: Comprometen la calidad del sueño, aumentando riesgo de accidentes y deterioro cognitivo.
  • Insomnio: Debilita el sistema inmunológico y aumenta riesgo de hipertensión y depresión.
  • Sequedad vaginal: Puede provocar microfisuras, infecciones recurrentes y dolor durante las relaciones.
  • Dolores articulares: Limitan movilidad, generan sedentarismo y deterioro muscular progresivo.
  • Problemas de memoria: Interfieren con capacidades laborales y generan inseguridad profesional.
3
Postmenopausia
  • Atrofia vaginal: Puede provocar incontinencia urinaria y disfunción sexual permanente.
  • Osteoporosis: Aumenta riesgo de fracturas, pérdida de independencia y dolor crónico.
  • Riesgo cardiovascular: Principal causa de mortalidad femenina, con síntomas diferentes a los masculinos.
  • Resistencia a la insulina: Puede desarrollar diabetes tipo 2 con complicaciones multiorgánicas.
  • Trastornos tiroideos: Afectan metabolismo, peso, energía y salud mental de forma global.
Reconocer estos síntomas como señales de alerta médica y no como parte inevitable del envejecimiento es el primer paso para proteger su salud integral durante esta transición vital.
El mapa oculto de la menopausia: entender los síntomas, cambiar la mentalidad”
Durante la perimenopausia y la menopausia, muchas mujeres comienzan a experimentar síntomas que nunca imaginaron que podían estar relacionados con sus hormonas. Una de las principales causas del sufrimiento en esta etapa no es solo el cambio hormonal en sí, sino la falta de información y conciencia tanto por parte de las mujeres como de los profesionales de la salud. Esto conduce a diagnósticos equivocados, tratamientos inadecuados y un sentimiento de soledad que se repite en miles de historias.
Cuando no sabemos lo que nos está pasando, pensamos que estamos enfermas, que nos estamos volviendo locas, o que es simplemente "la edad". Pero no. Es el cuerpo tratando de adaptarse a un desequilibrio progresivo provocado por la caída de estrógenos, progesterona y otros cambios endocrinos. Y el problema es que los síntomas no siempre son evidentes ni aparecen de forma igual en todas.
Muchas mujeres pasan años de consulta en consulta —reumatólogo, dermatólogo, psiquiatra, endocrino, digestivo— buscando respuestas a síntomas que, aunque parecen desconectados entre sí, tienen un mismo origen: el desequilibrio hormonal. Lo que necesitan no es más especialistas, sino una mirada integral que entienda la menopausia como un proceso complejo que afecta a todo el organismo. Por eso, conocer todos los posibles síntomas es un paso clave para recuperar el control y dejar de vivir este proceso con incertidumbre y frustración.
La menopausia trae consigo una serie de síntomas sorprendentes que van más allá de los típicos bochornos y trastornos del sueño. Uno de estos aspectos poco conocidos es el impacto que puede tener en la salud bucodental de la mujer. La disminución de estrógenos durante esta etapa desencadena múltiples alteraciones orales. Por ejemplo, se incrementa hasta un 45% el riesgo de enfermedad periodontal, se reduce la producción salival provocando xerostomía crónica, y se acelera la reabsorción ósea mandibular que puede comprometer la estabilidad dental. Estos cambios no solo afectan la funcionalidad masticatoria, sino que impactan directamente en la autoestima y calidad de vida de la mujer.
En respuesta a esta problemática, actualmente preparo una publicación especializada en colaboración con un odontólogo experto y muy reconocido en España. En este recurso abordaremos protocolos personalizados de prevención, tratamientos innovadores específicos para mujeres menopáusicas, y estrategias nutricionales para fortalecer la salud dental durante esta transición vital. El objetivo es ofrecer soluciones prácticas basadas en la evidencia científica más reciente, con el fin de capacitar a las mujeres a mantener una sonrisa saludable a lo largo de la menopausia.
Aunque menos frecuentes, estos síntomas también pueden presentarse durante la transición menopáusica y merecen atención médica, según confirma el estudio longitudinal SWAN (Study of Women's Health Across the Nation):
  • Ardor en la lengua y alteraciones del gusto: sensación de quemazón bucal y cambios en la percepción de sabores, documentados en estudios de la Universidad de Barcelona (2019).
  • Formación de cataratas: opacidad progresiva del cristalino que puede deteriorar la visión, con mayor incidencia según investigaciones del Journal of American Medical Association.
  • Problemas de equilibrio: mareos inexplicables y sensación de inestabilidad al caminar, reportados en estudios de la Clínica Mayo.
  • Acúfenos: zumbidos o pitidos en los oídos sin causa externa, asociados a cambios hormonales según la International Menopause Society.
  • Palpitaciones cardíacas: sensación de latidos rápidos o irregulares sin esfuerzo físico, evidenciados en el estudio WHI (Women's Health Initiative).
  • Cambios en las uñas: fragilidad, estrías y crecimiento más lento, documentados por la Academia Estadounidense de Dermatología.
  • Hormigueo en extremidades: parestesias en manos y pies sin causa neurológica clara, según hallazgos del Estudio de Rotterdam.
  • Alergias nuevas: aparición de sensibilidades a sustancias previamente toleradas, investigadas por el Instituto Nacional de Salud de EE.UU.
  • Sangrado de encías: mayor susceptibilidad a problemas periodontales, según la Asociación Dental Americana.
  • Sensación de piel reptante: percepción de insectos moviéndose bajo la piel (formicación), documentada en la revista Maturitas (2018).
Estos síntomas suelen pasar desapercibidos en las consultas médicas pero pueden afectar significativamente la calidad de vida durante esta etapa, como confirma la investigación del North American Menopause Society en su estudio con más de 2,000 mujeres perimenopáusicas.
A continuación, detallo una lista completa de síntomas que pueden estar relacionados con la perimenopausia o la menopausia. No significa que los tendrás todos, pero sí que es importante reconocer que pueden estar conectados con el descenso hormonal:
  1. Acné adulto
  1. Alergias nuevas
  1. Apnea del sueño
  1. Aumento de peso (especialmente grasa abdominal)
  1. Aumento de vello facial no deseado
  1. Ardor en la lengua y alteraciones del gusto
  1. Arrugas pronunciadas
  1. Artralgia (dolor en las articulaciones)
  1. ATM (dolor o rigidez en la articulación temporomandibular)
  1. Boca seca
  1. Cambios de humor
  1. Cambios en el ciclo menstrual
  1. Cambios en el olor corporal
  1. Cambios en la composición corporal
  1. Cambios en la tolerancia al alcohol
  1. Cambios en la voz
  1. Cambios en las uñas
  1. Caída del cabello
  1. Cansancio o fatiga crónica
  1. Depresión
  1. Disminución del deseo sexual
  1. Distensión abdominal
  1. Dolor durante el coito
  1. Dolor de cabeza o migrañas
  1. Dolor muscular
  1. Eczema o brotes de enfermedades dermatológicas
  1. Enfermedad autoinmune (activación o empeoramiento)
  1. Enfermedad del hígado graso no alcohólico
  1. Estreñimiento o diarrea alternante
  1. Falta de concentración
  1. Fibromialgia
  1. Formación de cataratas
  1. Hombro congelado
34. Hormigueo en extremidades
35. Hipersensibilidad
36. Incontinencia urinaria
37. Infecciones urinarias recurrentes
38. Insomnio
39. Irritabilidad
40. Mareos o vértigos
41. Niebla mental
42. Palpitaciones cardíacas
43. Picor de piel
44. Picor de oídos
45. Piel seca
46. Pérdida de cabello
47. Pérdida de densidad cutánea
48. Pérdida de densidad ósea
49. Problemas de equilibrio
50. Problemas dentales (inflamación de encías, pérdida ósea)
51. Problemas de memoria
52. Reflujo ácido
53. Resistencia a la insulina
54. Sangrado de encías
55. Sarcopenia (disminución de la masa muscular)
56. Sensación de ardor en la boca o la lengua
57. Sensación de descarga eléctrica
58. Sensación de hormigueo en la piel
59. Sensación de piel reptante (formicación)
60. Sequedad vaginal
61. Sequedad o picor en los ojos
62. Síndrome de fatiga crónica
63. Síndrome del intestino irritable
64. Síndrome genitourinario
65. Sofocos
66. Sudores nocturnos
67. Tinnitus o acúfenos
68. Trastornos de salud mental
69. Trastornos del sueño
70. Uñas quebradizas
… y es muy probable que hay muchas otras que todavía no las sabemos.
Además, muchas mujeres presentan patologías como hipotiroidismo, que pueden confundirse con síntomas de la menopausia o coexistir con ellos. Es fundamental una evaluación completa y un abordaje integrador, que incluya no solo la parte médica, sino también la emocional y el estilo de vida.
Por eso es tan importante cambiar la mentalidad. No estamos hablando solo de síntomas físicos, sino de una transformación que afecta todas las áreas de la vida. El conocimiento es poder, y cuando entendemos lo que está ocurriendo en nuestro cuerpo, podemos actuar con claridad en lugar de vivir desde la confusión y la frustración.
Este libro nace con ese propósito: ayudarte a mirar esta etapa con otros ojos, con una visión más completa, humana y actualizada. No estás sola, y no estás loca. Estás en transición. Y entenderlo lo cambia todo.
Menopausia precoz: una realidad creciente
Uno de los mayores mitos es que la menopausia solo ocurre alrededor de los 50 años. La realidad es que cada vez más mujeres están enfrentando la menopausia de forma precoz. Yo misma la pasé a los 42 años, mucho antes de lo que esperaba, y tengo seguidoras que comenzaron a tener síntomas a los 28 años. Mientras que la edad media tradicional para el inicio de la menopausia es de 51 años, esta situación es cada vez menos común.
Cuando descubrí que estaba en perimenopausia, la médica inicialmente lo puso en duda:
“Eres demasiado joven para esto”, me dijo.
Pero los análisis confirmaron lo que mi cuerpo ya venía advirtiendo: estaba comenzando la transición.
Todo empezó después de mi cirugía bariátrica. Empecé a sentir calores intensos, sudores nocturnos que empapaban las sábanas, incluso en pleno invierno. Fue mi marido quien me lo planteó con naturalidad:
“¿Y si fuese la menopausia?”
Yo no quería aceptarlo. Sentía que no me tocaba todavía.
Aun así, los síntomas persistían. La regla se volvió irregular, me sentía extraña, cansada, y llegué a pensar que podía tratarse de una enfermedad grave. Finalmente, los exámenes lo confirmaron: estaba en perimenopausia.
Mi camino hacia una menopausia precoz se cruzó de forma inesperada con la cirugía de reducción de estómago. No fue la causa, pero sí un factor que, al alterar mi equilibrio hormonal, probablemente aceleró un proceso que ya estaba en marcha.
Hoy entiendo que cada cuerpo tiene su propio ritmo. El mío decidió empezar antes. Y aprender a escucharlo ha sido el primer paso para transitar esta etapa con conciencia y sin miedo.
Los exámenes que debes solicitar para diagnosticar la menopausia precoz incluyen:
  • Análisis de sangre para medir los niveles de hormona FSH (hormona foliculoestimulante) y estradiol. Un nivel de FSH elevado (superior a 30-40 mUI/ml) y estradiol bajo confirman la menopausia.
  • Medición de hormona antimülleriana (AMH), que indica la reserva ovárica restante.
  • Prueba de hormona tiroidea (TSH, T3, T4) para descartar problemas de tiroides que pueden imitar síntomas menopáusicos.
  • Análisis de prolactina para evaluar el funcionamiento hipofisario.
  • Evaluación de testosterona y andrógenos para detectar desequilibrios hormonales relacionados.
  • Densitometría ósea para evaluar la salud de los huesos, ya que la disminución de estrógenos puede afectar la densidad ósea.
Estos exámenes deben realizarse preferentemente en diferentes momentos del ciclo menstrual (si aún tienes periodos) para obtener una evaluación precisa. El diagnóstico definitivo generalmente requiere niveles persistentemente elevados de FSH en al menos dos mediciones separadas por 4-6 semanas.
Los expertos definen la menopausia precoz como aquella que ocurre antes de los 45 años, y existen múltiples factores que pueden contribuir a ello. La genética, las enfermedades autoinmunes, los tratamientos contra el cáncer, el tabaquismo e incluso el estrés crónico se encuentran entre las causas más comunes. En mi caso, además de los factores genéticos, también hubo una reducción de estómago que contribuyeron a que mi menopausia llegara antes de lo esperado.
Los síntomas de la menopausia precoz van mucho más allá de los conocidos "sofocos". En mi caso, aparecieron cambios de humor intensos e irritabilidad que mi familia no lograba entender. Mi piel, que siempre había sido grasa, se volvió súbitamente seca. El sueño, que nunca había sido un problema, se convirtió en un tormento de despertares nocturnos e insomnio persistente.
La libido cayó en picado, y en ese estado muchas veces olvidamos que nuestra pareja también necesita cercanía y comprensión. Aparecieron dolores articulares sin causa aparente y una fatiga constante que no desaparecía ni siquiera después de descansar.
Es importante destacar que algunas mujeres muy jóvenes, incluso en sus veintes, pueden experimentar síntomas similares a los menopáusicos. Sin embargo, en estos casos, es más probable que se trate de un desequilibrio hormonal que debe ser evaluado y tratado por un especialista. Si eres una mujer joven con sofocos, irregularidades menstruales, cambios de humor intensos o insomnio, no asumas automáticamente que es menopausia precoz - consulta con un endocrinólogo o ginecólogo para un diagnóstico adecuado y tratamiento personalizado. Estos síntomas podrían indicar problemas como trastornos tiroideos, síndrome de ovario poliquístico u otros desajustes hormonales que tienen solución.
Más allá de mi propia experiencia, es importante destacar que las mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP) pueden tener una trayectoria muy diferente. Al perder peso y mejorar su sensibilidad a la insulina, muchas de ellas experimentan una regulación de su ciclo menstrual e incluso una mejora temporal en la función ovárica. Es decir, en estos casos concretos, algunos efectos hormonales pueden llegar a atenuarse.
Yo no tenía SOP, pero creo que es importante que cada mujer tenga en cuenta su contexto individual. Nadie me explicó esto en su momento. Por eso hoy lo comparto, para que otras puedan comprender mejor lo que les ocurre y tomar decisiones con más información y tranquilidad.
El diagnóstico precoz marca la diferencia. Desafortunadamente, muchas mujeres pasan años consultando a diferentes especialistas que tratan síntomas aislados, sin conectar los puntos. Ginecólogos, nutrólogos, cardiólogos, psicólogos Si tienes entre 30 y 40 años y experimentas algunos de estos síntomas, no aceptes la respuesta "es demasiado pronto para eso" - insiste en los exámenes hormonales adecuados.
CAPÍTULO 2
La verdadera raíz del problema
La menopausia precoz no se limita a síntomas físicos, sino que se entrelaza con factores emocionales, culturales y sociales. Los problemas fundamentales son la falta de información, la cultura del silencio, la falta de preparación médica y el abandono personal.
La verdadera raíz del problema
Como vimos, la menopausia precoz es un shock. Pero la verdadera raíz del problema va más allá de los sofocos y la irregularidad menstrual. Es una combinación de factores físicos, emocionales, culturales y sociales que se entrelazan, creando una tormenta perfecta que sacude las estructuras de la vida de la mujer.
Los factores fundamentales son:
Falta de información:
Nos referimos al gran vacío educativo sobre la salud femenina a lo largo de la vida. Yo llegué a la etapa de la menopausia sin comprender lo que estaba sucediendo con mi cuerpo, confundiendo los síntomas con alguna enfermedad grave. ¿Cuántas mujeres saben que la menopausia puede afectar la salud cardiovascular o la densidad ósea? Existe un desconocimiento generalizado sobre lo que realmente sucede en el cuerpo durante esta etapa.
Cultura del silencio:
Esta perpetúa mitos y agrava el sufrimiento. ¿Cuántas veces has escuchado conversaciones abiertas sobre los sofocos nocturnos, la sequedad vaginal o los cambios de humor relacionados con la menopausia? En mi familia, hablar de estos temas no era un tabú, pero aún así observé cómo en la sociedad existe esta incomodidad. Este tabú social impide discusiones abiertas sobre la menopausia. Esta incomodidad social mantiene a las mujeres aisladas en sus experiencias, creyendo que sus desafíos son únicos o imaginarios.
Falta de preparación médica:
Esta resulta alarmante. La mayoría de los profesionales reciben muy poca formación específica sobre la menopausia durante la universidad. Muchos aún siguen protocolos obsoletos o minimizan las quejas con frases como "es normal de la edad" o "tendrás que acostumbrarte". Es fundamental que no nos conformemos con un tratamiento inadecuado o insuficiente. Debemos buscar segundas opiniones y exigir la atención especializada que merecemos. Buscar médicos actualizados en el manejo de la menopausia marca una diferencia significativa en nuestra calidad de vida. Por eso, el apoyo de la comunidad es invaluable; compartir recomendaciones de profesionales competentes ayuda a otras mujeres a encontrar la atención adecuada. En general, la falta de preparación especializada lleva a profesionales que minimizan los síntomas o no ofrecen soluciones adecuadas.
Abandono personal:
Este refleja décadas de condicionamiento social. A las mujeres se les enseña a cuidar de todos, menos de sí mismas. Cuando llega la menopausia, muchas ya están agotadas, sin reservas emocionales o físicas para afrontar esta nueva etapa con conciencia y autocuidado. Yo me sentía culpable por dedicar tiempo a mi bienestar. Esto se manifiesta en mujeres que no priorizan su autocuidado y bienestar.
Desequilibrio hormonal:
El silencioso caos en el cuerpo femenino
Cuando llega la menopausia, revela fragilidades que ya existían en nuestro cuerpo y vida. Lo que estaba mal cuidado, pero no causaba tantos problemas, ahora se convierte en una cuestión crítica e ineludible. Es como si la menopausia sacudiera tu vida y rompiera lo que ya era frágil, exigiendo atención y cuidado.
El baile hormonal descompasado
El estrógeno es responsable de regular diversos aspectos de nuestro cuerpo, desde el estado de ánimo hasta la salud cardiovascular. Su disminución gradual o abrupta causa una cascada de efectos: sofocos intensos que surgen sin aviso, sequedad vaginal que compromete la intimidad, insomnio persistente incluso con cansancio extremo, tristeza inexplicable sin desencadenantes aparentes, niebla mental frecuente que afecta el desempeño profesional, alteraciones en la salud ósea aumentando el riesgo de osteoporosis, y cambios en la piel, con pérdida de elasticidad y brillo. La caída de esta hormona es como perder al director de una orquesta: de repente, varios sistemas del cuerpo parecen tocar fuera de sintonía.
La progesterona equilibra el estrógeno como un contrapunto necesario. Su disminución provoca una sensación de descompás interno: ansiedad aumentada incluso en situaciones cotidianas, irritabilidad constante que perjudica las relaciones, tensión en el pecho como un peso invisible, retención de líquidos que altera la silueta corporal, palpitaciones cardíacas aterradoras, ciclos menstruales irregulares durante la perimenopausia, y alteraciones en el sueño profundo, incluso cuando se logra dormir. Cuando la progesterona disminuye, perdemos nuestra capacidad natural de calmar el cuerpo y la mente, abriendo paso a una tormenta emocional.
¡Sí, las mujeres también producimos testosterona! Esta hormona es crucial para nuestra vitalidad. Su reducción causa un apagamiento de la fuerza vital: fatiga crónica que no mejora con el descanso, disminución de la libido y el placer sexual, pérdida de tono muscular incluso con ejercicio, sensación de falta de energía para actividades antes placenteras, disminución de la vitalidad y la motivación, dificultad para mantener la masa muscular, y sensación de envejecimiento acelerado. La testosterona es nuestra fuente interna de fuerza y determinación; cuando disminuye, incluso las pequeñas tareas pueden parecer montañas por escalar.
Este desequilibrio hormonal no es solo un proceso biológico aislado; representa una transición que afecta todas las dimensiones de la vida de una mujer. Relaciones, carrera, autoimagen y proyectos futuros: todo debe ser reevaluado bajo esta nueva perspectiva hormonal. El cuerpo señala, a través de estos síntomas, que ha llegado el momento de una profunda reconciliación con nuestra naturaleza y necesidades más auténticas.
Entender estos mecanismos hormonales es el primer paso para navegar este período con más conciencia y menos sufrimiento. Después de todo, conocer al enemigo es la mitad de la batalla; y en el caso de la menopausia, el verdadero enemigo no son las hormonas en transición, sino el desconocimiento sobre cómo lidiar con esta nueva realidad biológica.
El silencio que enferma
La menopausia se asocia con la decadencia femenina, lo que lleva a ocultar los síntomas por el estigma social. Los profesionales de la salud a menudo minimizan estos síntomas, y hay falta de espacios para compartir experiencias, aumentando la soledad y la desinformación. Es crucial romper este silencio histórico a través del diálogo para transformar los desafíos en crecimiento y autoconocimiento.
Vivimos en una sociedad que asocia la menopausia con la decadencia y el fin de la utilidad femenina. Esta visión anticuada nos hace sentir que estamos perdiendo valor cuando, en realidad, solo estamos entrando en una nueva fase. El prejuicio está tan arraigado que muchas mujeres prefieren ocultar sus síntomas a enfrentar el estigma social, perpetuando un ciclo de invisibilidad que atraviesa generaciones.
Muchas mujeres informan que sus síntomas son minimizados por los profesionales de la salud. "Es solo la edad", "Eso es normal", "Se pasará" son frases comunes que escuchamos, sin recibir orientación adecuada sobre cómo lidiar con los síntomas. Las investigaciones revelan que más del 70% de las mujeres en la perimenopausia no reciben suficiente información sobre los tratamientos disponibles, y muchas pasan por hasta cinco médicos diferentes antes de encontrar la ayuda apropiada para sus síntomas.
La falta de espacios para compartir experiencias hace que cada mujer se sienta sola, como si fuera la única que está pasando por esto, cuando en realidad millones están viviendo situaciones similares simultáneamente. Esta soledad silenciosa aumenta la ansiedad, intensifica la depresión y dificulta el acceso a redes de apoyo que podrían transformar por completo la experiencia de la menopausia.
Recibo centenares de mensajes cada día de mujeres que me dicen: “Pensaba que era solo yo”, “No se lo puedo contar a nadie”, “Me siento invisible”, “No sé si esto es normal”. Y no son casos aislados: son mujeres de todas las edades, países y contextos.
Ni siquiera con las personas más cercanas —como una hermana, una amiga de toda la vida o incluso la propia pareja— se suele hablar de esto con naturalidad. Muchas prefieren callar por vergüenza, por miedo a no ser comprendidas o por la creencia de que es algo que simplemente hay que aguantar.
El silencio colectivo nos aísla más de lo que creemos, y romperlo es el primer paso para empezar a sentirnos acompañadas, comprendidas y mejor cuidadas.
El problema no es solo hormonal. Es que nadie nos explicó lo que sucede cuando el ciclo se apaga. ¿Quién nos preparó para dejar de menstruar? ¿Quién nos dijo que nuestra identidad no puede seguir dependiendo de lo fértiles, útiles o productivas que somos? Nadie. Y este silencio enferma tanto como los desequilibrios hormonales.
La desinformación se convierte en parte del sufrimiento. Las historias de nuestras madres y abuelas fueron susurradas o completamente silenciadas, creando un vacío de conocimiento que cada generación debe llenar por sí misma. Este ciclo de ignorancia colectiva transforma una transición natural en una crisis de identidad para muchas mujeres. Cuando no entendemos lo que está sucediendo con nuestro cuerpo, ¿cómo podemos cuidar adecuadamente de nuestra salud física y mental?
Es necesario romper este silencio histórico. Al hablar abiertamente sobre la menopausia, no solo facilitamos nuestro propio viaje, sino que también preparamos el camino para las próximas generaciones de mujeres. Solo a través del diálogo honesto podemos transformar este período de desafíos en una oportunidad de crecimiento, autoconocimiento y renovación de nuestro propósito de vida.
CAPÍTULO 3
La mejor parte de tu vida comienza Ahora
Este capítulo destaca cómo la menopausia puede ser un nuevo comienzo, permitiéndote vivir para ti misma, priorizar el autocuidado y transformar experiencias en sabiduría.
La mejor parte de tu vida comienza Ahora.
Sé que puede parecer contradictorio después de todo lo que hemos hablado sobre los desafíos de la menopausia, pero créeme: la mejor parte de tu vida puede comenzar ahora. No porque todo se resolverá mágicamente, sino porque finalmente tienes la oportunidad de vivir a partir de ti misma, no de las expectativas de los demás.
Este es el momento en el que puedes reunir todas las experiencias y aprendizajes acumulados a lo largo de la vida y transformarlos en una nueva forma de existir. Los desafíos hormonales existen, sí, pero vienen acompañados de una madurez emocional que nos permite enfrentar la vida con más equilibrio y sabiduría.
Experiencia acumulada: Sabiduría que solo los años pueden proporcionar
Con el paso del tiempo, has acumulado una valiosa experiencia que te brinda una perspectiva única sobre la vida. Esta sabiduría te permite navegar por situaciones complejas con mayor facilidad y confianza.
Libertad de elección: Menos preocupación por los juicios externos
Ahora puedes tomar decisiones basadas en tus propios valores y deseos, sin la constante preocupación por lo que otros puedan pensar. Esta libertad es un regalo que florece con la madurez.
Claridad de propósito: Comprensión más profunda de lo que realmente importa
La menopausia te invita a reflexionar sobre lo que verdaderamente valoras en la vida. Con esta claridad, puedes dirigir tu energía hacia lo que realmente te aporta significado y satisfacción.
Autocuidado consciente: Priorización del bienestar sin culpa
Aprender a cuidar de ti misma no es egoísmo, es necesidad. Este período te enseña a priorizar tu bienestar físico y emocional sin sentir culpa por ello.
Muchas mujeres informan que, después de la adaptación inicial a la menopausia, experimentan una sensación de liberación y renacimiento. Es como si las fluctuaciones hormonales, que tanto nos desafiaron, también nos invitaran a una reconexión más profunda con nuestra esencia. La ausencia del ciclo menstrual, que inicialmente puede sentirse como una pérdida, abre espacio para una energía más constante y dirigida a lo que realmente deseamos realizar en nuestras vidas.
Madurez: el regalo de los años
Más tiempo para ti
Después de años dedicados a la crianza de los hijos, muchas mujeres se encuentran con un "nido vacío". Esto no es un vacío, ¡es una oportunidad! Más tiempo para cultivar hobbies, viajar, o simplemente disfrutar de la tranquilidad en casa.
Como comenta Ana, una consultora de 52 años: "Mis hijos son adultos independientes. Ahora tengo tiempo para dedicarme a la fotografía, algo que siempre me apasionó."
La relación con los hijos cambia. Las discusiones sobre horarios y tareas escolares se transforman en conversaciones profundas sobre la vida y sus desafíos. Una amistad basada en el respeto y la admiración mutua.
Una carrera en tus propios términos
Después de años de experiencia laboral, te encuentras en una posición privilegiada. Ya no tienes que escalar la escalera corporativa si no lo deseas. Ahora puedes elegir proyectos que te apasionen y te permitan marcar la diferencia.
María, una ex-ejecutiva de marketing, decidió abrir una pequeña tienda online de cosmética natural. "Siempre me preocupó usar cosmética sin tóxicos. Ahora puedo dedicarme a algo que realmente creo", dice.
Tu experiencia es un activo invaluable. Puedes convertirte en mentora de profesionales, compartir tus conocimientos en conferencias o iniciar tu propio negocio. Elige el camino que te brinde mayor satisfacción.
Los desafíos económicos son una realidad para muchas de nosotras. Sin embargo, la madurez nos brinda una sabiduría financiera que no teníamos antes. Hemos aprendido a distinguir entre lo necesario y lo superfluo, a encontrar felicidad en cosas que no requieren grandes inversiones, y a ser creativas con los recursos disponibles.
La madurez te brinda la sabiduría para priorizar lo que realmente importa. No te dejes llevar por las expectativas de los demás. Escucha tu voz interior y crea la vida que deseas.
Estudios recientes demuestran que las mujeres mayores de 50 años son más felices y resilientes que las generaciones anteriores. Han aprendido a superar los desafíos y a valorar las pequeñas cosas de la vida.
Rodéate de personas que te apoyen y te inspiren. Deshazte de las relaciones tóxicas que te restan energía. Invierte en amistades significativas que te hagan sentir bien contigo misma.
La madurez es un viaje de autodescubrimiento. Es un momento para celebrar tus logros, aprender de tus errores y abrazar el futuro con optimismo y alegría.
La esperanza de vida se ha incrementado
La expectativa de vida de las mujeres ha aumentado significativamente, superando los 80 años en muchos países. Esto transforma la menopausia en una etapa intermedia de la vida, no en el final. Invertir en salud y bienestar durante y después de la menopausia es esencial para disfrutar de décadas de vida plena y enriquecedora.
Antes de la Revolución Industrial, durante el siglo XIX, la expectativa de vida era mucho menor, llegando solo a 30-40 años en muchos países. Las mujeres rara vez vivían más allá de la menopausia, y los temas relacionados con esta etapa eran poco estudiados o comprendidos por la medicina de la época.
Con los avances médicos significativos del siglo XX, la vacunación masiva, los antibióticos y mejores condiciones sanitarias, la expectativa aumentó a 60-70 años. Sin embargo, la menopausia todavía se veía ampliamente como el "comienzo del fin" y se trataba como una condición médica problemática, no como una fase natural.
Hoy en día, en el siglo XXI, las mujeres viven décadas después de la menopausia, con una expectativa de vida que supera los 80 años en muchos países. Esto convierte esta etapa en solo la mitad del camino, no el final. La ciencia moderna reconoce cada vez más la importancia de estudiar y apoyar a las mujeres durante y después de este período.
Mirando hacia el futuro, con más conocimiento científico, avances en medicina personalizada y recursos terapéuticos innovadores, podemos transformar la menopausia en un período de renovación, autodescubrimiento y vitalidad. Los estudios sugieren que la expectativa de vida puede seguir aumentando, ofreciendo incluso más décadas de vida activa después de la menopausia.
Si te detienes a pensarlo, la expectativa de vida solo aumenta. No hace tanto tiempo, desde el siglo XIX, desde la Revolución Industrial, que cambió y aumentó la expectativa de vida. Comenzaron a existir más medicamentos, más trabajo, más dinero, más de todo. A principios del siglo XX, la mayoría de las mujeres no vivían mucho más allá de los 50 años. Hoy en día, una mujer que entra en la menopausia a los 50 puede fácilmente vivir hasta los 85, 90 o incluso 100 años con calidad de vida.
Esto significa que tienes muchos años por delante después de la menopausia: décadas de vida que merecen ser vividas con calidad y plenitud. Son potencialmente 30 a 40 años de una nueva etapa, lo que representa casi la mitad de tu vida adulta. Esta perspectiva transforma completamente la forma en que debemos ver la menopausia: no como un final, sino como el comienzo de una nueva y prometedora etapa de la vida femenina.
Por lo tanto, invertir en salud, bienestar y calidad de vida durante y después de la menopausia es esencial. Es una inversión en tu futuro, en las próximas décadas que tienes por delante, llenas de posibilidades y oportunidades para la realización personal, nuevos proyectos y experiencias enriquecedoras.
Superando juntas
El mensaje importante aquí es: comienza ahora la mejor etapa de tu vida. Superaremos esto, venceremos esto, cuidaremos del cuerpo, cuidaremos de la mente, cuidaremos del corazón, cuidaremos de las relaciones, cuidaremos de la carrera, cuidaremos de ti misma. Y todo estará bien cuando nos cuidemos, cuando no estemos solas.
Conocer lo que está sucediendo con tu cuerpo es el primer paso para retomar el control. Entender las hormonas, los síntomas y las opciones de tratamiento permite tomar decisiones más conscientes sobre tu salud.
Compartir experiencias con otras mujeres rompe el aislamiento y aporta nuevas perspectivas. Los grupos de apoyo, las amistades sinceras y las conversaciones abiertas crean una red de apoyo esencial en esta fase de transformación.
Buscar profesionales que entiendan la menopausia y ofrezcan soluciones personalizadas. Un seguimiento adecuado puede reducir significativamente los síntomas y mejorar tu calidad de vida a través de tratamientos apropiados para tu caso.
Priorizar tu salud física, mental y emocional sin culpa ni justificaciones. Establecer rutinas de ejercicio, alimentación saludable, meditación y actividades que te brinden placer son fundamentales para atravesar esta fase con equilibrio.
Recuerda que este es un viaje, no un destino. Cada día trae nuevos desafíos y nuevas oportunidades de crecimiento. Los cambios hormonales son solo un aspecto de la menopausia: también hay una profunda transformación interior en curso. Es un momento de reevaluación, de reconexión con tus valores y deseos más auténticos, y de redescubrimiento de tu propósito.
Millones de mujeres han pasado por esto antes que tú y millones lo harán después. Formas parte de una poderosa cadena de experiencia femenina compartida. Honra a tu cuerpo por todo lo que ha hecho por ti, y prepárate para abrazar esta nueva fase con sabiduría, coraje y esperanza. Juntas, podemos transformar la narrativa de la menopausia de una historia de pérdida a una de ganancia, crecimiento y renovación.
Millones de mujeres han pasado por esto antes que tú y millones lo harán después. Formas parte de una poderosa cadena de experiencia femenina compartida. Honra a tu cuerpo por todo lo que ha hecho por ti, y prepárate para abrazar esta nueva fase con sabiduría, coraje y esperanza. Juntas, podemos transformar la narrativa de la menopausia de una historia de pérdida a una de ganancia, crecimiento y renovación.
CAPÍTULO 4
Necesitas Verte y Vivir
Este capítulo destaca la importancia de reconocerse, aceptarse y priorizarse durante la menopausia. Es un momento para rediseñar tu vida, abrazar quién eres ahora y priorizar tu bienestar.
Necesitas Verte y Vivir
Hasta ahora, hemos hablado sobre entender lo que está sucediendo, nombrar los síntomas y reconocer que no estamos solas. Ahora llegamos a un punto crucial: necesitas verte en esta historia. Mirarte a ti misma, reconocerte, entender tus limitaciones y dificultades, y decidir cómo quieres vivir de ahora en adelante.
  1. El primer paso es reconocerse: mirarse a sí misma con honestidad y compasión. Esto significa detenerse y observar quién eres hoy, no quién eras hace diez años. Es un proceso que requiere valor para enfrentar los cambios físicos, emocionales y psicológicos que trae la menopausia. Cuando nos reconocemos verdaderamente, creamos espacio para el autocuidado auténtico.
  1. El segundo paso es aceptarse: acoger los cambios como parte natural de la vida. La aceptación no es resignación pasiva, sino un acto de amor propio. Aceptarse significa comprender que tu cuerpo está cambiando porque está vivo, porque está pasando por un ciclo natural como tantos otros que ya has atravesado. Esta etapa trae desafíos, pero también ofrece una oportunidad única de redescubrimiento.
  1. El tercer paso, y quizás el más importante, es priorizarse: poner tu bienestar en el centro de las decisiones. En una sociedad que enseña a las mujeres a siempre poner a los demás en primer lugar, decidir que tu salud, tu bienestar y tu felicidad son prioritarios representa una transformación profunda en la forma en que te relacionas contigo misma y con el mundo.
Este es el momento de rediseñar tu vida a partir de nuevos valores y perspectivas. La menopausia puede ser un portal hacia una existencia más auténtica y plena, cuando decidimos ver más allá de los desafíos y abrazar las posibilidades que se abren cuando nos permitimos ser exactamente quienes somos ahora.
El espejo no miente
Acepta tu cuerpo en transformación
Tu cuerpo está cambiando, y eso es natural. En esta etapa, es crucial reconocer esos cambios para adaptar tus cuidados a la nueva realidad. No significa rendirse, sino evolucionar en el amor propio.
Más allá de la apariencia, tu cuerpo te comunica una transformación profunda con nuevas sensaciones: oleadas de calor, sudores nocturnos, insomnio.
Reconócete: Más allá de la Apariencia
Verse a sí misma va mucho más allá del reflejo. Es reconocer tus emociones, tus nuevos límites y necesidades. Haz las paces con quien eres ahora, honrando tus experiencias y sabiduría.
Descubre a una mujer que ha acumulado décadas de aprendizajes, superaciones y logros. Una mujer que merece respeto, comenzando por el autorespeto. La belleza reside en la confianza de quien conoce su propia fuerza.
Fluye con el tiempo
¿Cuántas veces no te has reconocido en el espejo? Es momento de reconocer que estás cambiando, y que eso está bien. El verdadero desafío es aprender a fluir con el tiempo, aceptando tus transformaciones para descubrir una libertad nunca antes experimentada.
Aceptarse no significa abandono, sino el primer paso hacia un autocuidado auténtico. El espejo no miente, pero la forma en que interpretamos lo que vemos puede cambiarlo todo.
Tu ejercicio diario de amor propio
Te invito a un pequeño ritual: mírate al espejo cada mañana y observa lo hermosa que eres. No te enfoques en las arrugas o los cambios, sino en la luz de tus ojos, en la fortaleza de tu sonrisa, en la dignidad de tu postura. Convierte el espejo en tu aliado que te recuerde diariamente: "Esta soy yo, en mi mejor versión, exactamente como debo ser ahoraTu ejercicio diario de amor propio
Te invito a un pequeño ritual: mírate al espejo cada mañana y observa lo hermosa que eres. No te enfoques en las arrugas o los cambios, sino en la luz de tus ojos, en la fortaleza de tu sonrisa, en la dignidad de tu postura. Convierte el espejo en tu aliado que te recuerde diariamente: "Esta soy yo, en mi mejor versión, exactamente como debo ser ahora".
Autoestima y autocuidado
Priorízate
Reconocer tus necesidades no es egoísmo, sino una demostración esencial de amor propio.
Reserva tiempo para el autocuidado
Ejercicio, meditación, lectura o descanso reparador para recargar energías.
Establece límites claros
Aprender a decir no sin sentirte culpable te permite proteger tu tiempo y energía.
Invierte en tu bienestar
Dedica tiempo y recursos a tu salud física y mental.
Celebra cada avance
Reconoce y valora tus logros diarios, sin importar cuán pequeños parezcan.
Rodéate de apoyo
Compartir tus experiencias con otras mujeres te permite crear lazos de solidaridad.
Nutre tu alma
Alimentación consciente, movimiento regular, descanso adecuado y relaciones saludables.
Sé compasiva contigo misma
Permítete cometer errores y aprender de ellos sin juzgarte duramente.
Recuerda: necesitas estar llena para luego compartir tu energía con los demás.
Habitando tu cuerpo
Reconexión física
Muchas mujeres se desconectan de sus cuerpos durante la menopausia, evitando sentir u observarse a sí mismas. Reconectarse a través de prácticas como el yoga, la danza o simplemente un baño consciente puede traer de vuelta la sensación de pertenencia al propio cuerpo.
Esta reconexión no tiene por qué ser complicada. Puede comenzar con pequeños gestos: sentir los pies en el suelo al caminar, observar tu respiración durante unos minutos, o simplemente tocar tu piel con atención durante la aplicación de una crema hidratante.
El movimiento como medicina
El ejercicio físico regular, especialmente el entrenamiento de fuerza, es esencial en esta etapa. No solo para controlar el peso, sino para fortalecer los músculos que sostendrán su independencia en los próximos años.
"Hago entrenamiento de fuerza porque quiero ir al baño sola cuando sea mayor. Quiero tener fuerza en las piernas para levantarme del inodoro sin ayuda".
Además de la fuerza muscular, el movimiento aporta beneficios hormonales, mejora la densidad ósea y reduce significativamente los síntomas vasomotores como los sofocos y el insomnio. Encuentre una actividad que le resulte placentera - caminar, nadar, bailar - y hágala un compromiso consigo misma.
Aceptación y gratitud
Tu cuerpo está cambiando, sí, pero sigue siendo tu hogar, tu vehículo para experimentar el mundo. Cultivar gratitud por todo lo que has hecho y sigues haciendo por ti es un paso fundamental para habitarte plenamente.
Como dije antes, practica mirarte al espejo con amabilidad. Agradece por las piernas que te sostienen, por los brazos que te abrazan, por el corazón que late. Este cambio de perspectiva transforma la relación con tu cuerpo de crítica a asociación.
Vivirte es habitarte. Es estar en tu cuerpo, en tu energía, en tu deseo, aunque haya días extraños, aunque no todo encaje. Vivirte es dejar de vivir hacia fuera. Es darse el derecho a estar cansada. Es decir "hoy no", sin culpa. Es cuidarte porque lo mereces, no porque sobren kilos.
Habitar tu cuerpo en la menopausia es también reconocer tus nuevas necesidades y honrarlas. Es comprender que la incomodidad a menudo señala algo importante. Es escuchar tu intuición que ahora, más madura, habla más alto. Es elegir ropa que te haga sentir bien, no que te oculte. Es bailar incluso cuando las articulaciones duelen un poco, porque la alegría del movimiento es mayor que la incomodidad.
Recuerda: no estás habitando un cuerpo defectuoso o roto. Estás habitando un cuerpo sabio, que ha pasado por profundas transformaciones y sigue sosteniéndote. Honra esa sabiduría con actos diarios de autocuidado y amor.
CAPÍTULO 5
El último lugar de la fila
Durante la menopausia, muchas mujeres tienden a priorizarse en último lugar. Este capítulo identifica patrones autodestructivos comunes como la autocrítica, las comparaciones y el descuido de síntomas, ofreciendo alternativas saludables para practicar el autocuidado y la autocompasión.
El ultimo lugar de la fila
Atravesando la menopausia, es común caer en la trampa de ponernos en el "último lugar de la fila", adoptando comportamientos autodestructivos. Estos patrones, a menudo resultado de años de priorizar a los demás, nos perjudican física y emocionalmente. Reconocerlos es el primer paso hacia el autocuidado y la autocompasión. Aquí hay ejemplos comunes:
  • Autocrítica constante: Deja de lado la autocrítica exacerbada. No te juzgues con estándares de belleza y juventud. Recuerda que tu valor no disminuye con los cambios. En lugar de criticarte por las arrugas, celebra cada línea como un testimonio de tu vida y experiencia.
  • Comparación con otras mujeres: Evita caer en comparaciones. Cada viaje a través de la menopausia es único. Enfócate en tu propio proceso y celebra cada logro. Deja de comparar tu vitalidad con la de otras mujeres y reconoce que cada cuerpo envejece a su propio ritmo.
  • Negligencia de los síntomas: No minimices lo que sientes. No te digas que "es solo cosa de la edad". Busca atención médica para abordar tus síntomas. Recuerda que cuidar de tu salud es una prioridad. Agenda una cita con tu ginecólogo para discutir opciones de tratamiento hormonal y no hormonales.
  • Aislamiento social: No te alejes de tus amigos y familiares. Comparte tus experiencias con personas que te brinden apoyo. Aliviar la soledad es fundamental. Organiza una salida con amigas, únete a un grupo de apoyo para mujeres en la menopausia o simplemente llama a un ser querido para charlar.
  • Automedicación inadecuada: Evita automedicarte sin información fiable. No se trata de exponerse a riesgos innecesarios, sino de tomar decisiones informadas y seguras.
Hoy en día existen suplementos de vitaminas, minerales y otros nutrientes que pueden ser grandes aliados en esta etapa, pero es importante elegir bien y adaptarlos a tus necesidades.
Consulta siempre con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier complemento, especialmente si estás tomando medicación. Y si consideras opciones naturales como plantas medicinales, infórmate bien: no todo lo "natural" es inofensivo. Algunas hierbas pueden interactuar con fármacos o provocar efectos no deseados.
La menopausia no tiene por qué ser una etapa de sufrimiento. Puede transformarse en una oportunidad para reescribir esas reglas internas que te han mantenido relegada al "último lugar de la fila". Atrévete a establecer nuevos patrones de autocuidado, amor propio y respeto por tu cuerpo. Recuerda que mereces ser feliz, saludable y plena en cada etapa de tu vida.
Muchas mujeres en la menopausia nos acostumbramos a cuidar a todos antes que a nosotras mismas. Los hijos, la pareja, los padres... y nosotras al final. Este patrón resulta especialmente dañino durante la menopausia.
Cuando no hay tiempo para nosotras y llenamos la agenda con necesidades ajenas, sin espacio para descansar, surge un desequilibrio en nuestra salud física y emocional. Callamos nuestras necesidades "para no molestar" y postergamos visitas médicas y exámenes.
Esta falta de autocuidado diario (sueño, alimentación, ejercicio) se manifiesta con más intensidad durante la menopausia. Sin darnos cuenta, nos ubicamos al final de la fila, tan habituadas a servir que olvidamos preguntarnos: "¿Qué necesito yo?"
El cuerpo responde con señales claras: cansancio, dolor, ansiedad, insomnio. La mente se confunde, nos volvemos más duras con nosotras mismas e impacientes. La alegría desaparece.
Se crea un círculo vicioso: cuanto menos te cuidas, menos energía tienes para hacerlo y más difícil es valorarte. Recuerda: cuidarte no es egoísmo, es necesario para poder cuidar de los demás sin destruirte en el proceso.
El cojín del mundo
Muchas mujeres asumimos el papel de cojín, amortiguando los problemas de todos a nuestro alrededor. Cargamos con responsabilidades ajenas, sacrificando nuestras necesidades y agotándonos en el proceso.
Absorbemos impactos, dolores y dificultades para proteger a otros, mientras nuestro cuerpo y mente sufren las consecuencias. En esta dinámica, nos volvemos invisibles para nosotras mismas, existiendo solo para atender necesidades ajenas.
Este despertar puede ser doloroso pero necesario: si ya no estuviéramos, la vida continuaría para todos. La única que no viviría seríamos nosotras. El papel de cojín no es sostenible; eventualmente nos desgastamos y nos rompemos.
El ciclo se rompe al reconocer nuestro valor intrínseco, más allá de nuestra utilidad para otros. Nuestro cuerpo, mente y corazón no son recursos infinitos. La verdadera nobleza está en honrar tanto a los demás como a nosotras mismas.
Pequeños Pasos, Grandes Cambios
Transforma tu vida con estas prácticas diarias que te recuerdan que priorizarte no es egoísmo, sino dignidad:
Nutrir Cuerpo y Alma
Saborea cada bocado como saboreas la vida. Regala a tu cuerpo el descanso que merece con sueño reparador. Despierta tu cuerpo con amor a través del movimiento consciente.
Encontrar Tu Centro
Respira profundo y elige tu respuesta con calma. Medita en silencio para encontrar tu centro. Camina en la naturaleza y abraza la paz que te ofrece el entorno natural.
Establecer Límites Saludables
Libérate con un "no" compasivo a lo que te resta energía. Desconecta del ruido exterior para reconectar contigo. Perdona tus errores, aprende y avanza con autocompasión.
Expresar Tu Esencia
Ríe a carcajadas y libera el alma. Baila sin inhibiciones, expresando tu ser auténtico. Crea algo hermoso para alimentar tu espíritu y conectar con lo divino.
Honrar Tus Emociones y Conexiones
Abraza tus emociones y siéntelas sin juzgar. Conecta con tus seres queridos y comparte tu luz. Escribe tus triunfos y celebra tu esencia única.
CAPÍTULO 6
El camino hacia el Renacimiento
El renacimiento se logra a través de la conciencia, aceptación, acción y transformación, emergiendo en una versión más sabia y auténtica de ti misma.
El camino hacia al renacimiento
Después de dejar de ponerte en último lugar, después de empezar a mirarte con más honestidad y compasión, llega el momento de reconstruirte. Y no se trata de volver a ser quien eras antes. Este cuerpo, esta energía, esta etapa ya han pasado. Ahora es el momento de renacer a partir de otra conciencia, de otra verdad.
El proceso de renacimiento comienza con la conciencia - una mirada sincera a tu momento actual, sin juicios ni comparaciones con el pasado. Reconocer dónde te encuentras es el primer paso para saber a dónde quieres ir.
La aceptación viene a continuación, cuando abrazas tus nuevas circunstancias sin luchar contra ellas. Resistirse a los cambios solo prolonga el sufrimiento. Aceptar no significa rendirse, sino crear espacio para que lo nuevo crezca.
Con la acción, comienzas a implementar pequeños cambios diarios que honran a quien te estás convirtiendo. Son elecciones conscientes que nutren tu cuerpo, mente y espíritu en esta nueva etapa de la vida.
Finalmente, la transformación ocurre - no como un evento único, sino como un proceso continuo. Emerges renovada, no porque hayas vuelto a ser quien eras, sino porque has integrado tus experiencias en una versión más sabia, compasiva y auténtica de ti misma.
Este camino no es lineal ni tiene un plazo definido. Cada mujer lo recorre a su propio ritmo, con avances y retrocesos, descubrimientos y desafíos. Lo importante es seguir adelante, un paso a la vez, confiando en la sabiduría de tu propio proceso.
Reconstruyendo con nuevos pilares
Renacer significa construirse con nuevos pilares, pilares que tengan sentido para quien eres hoy. Durante años, quizás te has sostenido sobre estructuras como la perfección a toda costa, la disponibilidad constante, el autosacrificio como virtud, el silenciar tus propias necesidades, el valor basado únicamente en la apariencia y la productividad incesante. Pero ahora es el momento de transitar hacia nuevos fundamentos.
Estos nuevos pilares que emergen son la autenticidad y la verdad, los límites saludables, el autocuidado como prioridad, la expresión de tus necesidades, el valor basado en quién eres realmente y el equilibrio entre hacer y ser. No puedes continuar con los mismos ritmos, las mismas exigencias, los mismos hábitos, porque tu cuerpo ha cambiado y tú también. Este camino no es lineal, sino transformador. No es una meta, es un proceso.
La transición entre los pilares antiguos y los nuevos puede ser desafiante. Puedes sentir culpa al establecer límites, ansiedad al priorizar tu autocuidado, o miedo al expresar tus necesidades. Esto es natural. Décadas de condicionamiento no se deshacen de la noche a la mañana, pero cada pequeño paso hacia los nuevos pilares es una victoria.
Recuerda que este renacimiento no se trata de perfección, sino de autenticidad. Habrá días en los que recaigas en los viejos patrones, eso no significa fracaso, simplemente forma parte del viaje. Lo importante es reconocer, acoger y seguir avanzando. Cada vez que eliges un nuevo pilar, estás fortaleciendo los cimientos de una versión más verdadera y plena de ti misma.
Pequeños rituales diarios
Renacer no significa hacer grandes cambios de una vez. Se trata de tomar pequeñas decisiones diarias que lo acerquen a usted mismo. Son estas prácticas sencillas las que, con el tiempo, transforman profundamente nuestra relación con nosotros mismos.
Despertar consciente
Levántete cinco minutos antes para respirar y conectarte contigo misma antes de comenzar el día. Practica la respiración profunda y permítete estar presente, sin pensar en las tareas que vendrán. Este despertar consciente prepara tu mente para afrontar el día con calma.
Hidratación intencional
Bebe un vaso de agua fresca al despertar, sintiendo cómo nutre tu cuerpo. Observa la sensación del agua, su temperatura, cómo recorre tu cuerpo, aportando vitalidad para el nuevo día. Esta hidratación intencional es un acto simple pero poderoso de autocuidado.
Caminata presente
Dedica unos minutos a caminar al aire libre, sin mirar el reloj. Percibe los sonidos, los olores, los colores a su alrededor. Conéctete con la naturaleza y respira el aire fresco, permitiendo que tu cuerpo se mueva naturalmente. Esta caminata sin prisa te devuelve al momento presente.
Gratitud nocturna
Antes de dormir, reconoce tres cosas positivas de su día. Anótalas en un diario o simplemente reflexiona sobre ellas en silencio. Este ritual de gratitud nocturna ayuda a cerrar el día con pensamientos positivos y preparar la mente para un sueño reparador.
Cada ritual, por pequeño que sea, es un acto de autocuidado y autopresencia. Es un momento para honrar su cuerpo y su mente durante esta fase de transformación. Recuerda que la consistencia es más importante que la perfección. Incluso en los días más difíciles, un pequeño ritual puede traer consuelo y anclaje. Comienza con uno o dos, incorporálos a tu rutina, y gradualmente agrega otros que tengan sentido para ti.
Renacimiento emocional
Renacer también es emocional. Es revisar nuestro interior con honestidad y compasión, transformando patrones que ya no nos sirven. No es posible sostener una nueva versión de sí misma con las mismas heridas abiertas de siempre. Recuerda: no estás sola en este camino transformador.
Hablar de lo que duele
Permitirte expresar emociones difíciles, ya sea en terapia, con amigos de confianza o en un diario personal. El dolor silenciado tiende a crecer, mientras que el dolor expresado comienza su proceso natural de curación.
Revisar creencias limitantes
Cuestionar pensamientos como "ya es demasiado tarde" o "no merezco cuidados" que impiden tu florecimiento. Estas creencias a menudo se instalaron a lo largo de la vida y no reflejan tu verdadera esencia y potencial.
Buscar información cualificada
Educarte sobre la menopausia a través de fuentes confiables para desmitificar miedos y preocupaciones. ¡Enhorabuena! Si estás leyendo este libro, ya has dado el primer paso hacia el cambio y el autoconocimiento. El conocimiento fortalece y ayuda a distinguir entre hechos científicos y mitos culturales.
Considerar la terapia
Buscar apoyo profesional para procesar emociones complejas y desarrollar nuevas estrategias de afrontamiento. Un terapeuta puede ofrecer un espacio seguro para lidiar con los desafíos emocionales de esta transición.
Practicar autocompasión
Tratarte a tí misma con la misma gentileza que le ofrecerías a una amiga querida. La autocompasión no es egoísmo, sino un recurso esencial para la resiliencia emocional durante la menopausia.
Celebrar pequeñas victorias
Reconocer y valorar cada paso dado en el camino del renacimiento emocional, por pequeño que parezca. Cada momento de autocuidado y crecimiento merece ser celebrado como parte importante del viaje.
Miles de mujeres están descubriendo nuevos territorios emocionales durante la menopausia. Busca redes de apoyo, participa en grupos de conversación, habla sobre tus experiencias, pide ayuda cuando la necesites y permítete ser acompañada en este viaje transformador.
CAPÍTULO 7
Eres libre para vivir la vida que quieras
La menopausia marca un punto de inflexión donde puedes rediseñar tu vida según tus propios términos. Es el momento de reconectar con tus deseos auténticos y liberarte de roles que ya no te representan.
Eres libre para vivir la vida que quieras
Hemos llegado a un punto crucial: el momento en que no se trata solo de lo que te está sucediendo, sino de lo que eliges hacer al respecto. Estás en una etapa de transformación, y puede haber cansancio, dudas y miedo, pero también algo nuevo comienza a despertar: tu libertad.
Esta libertad no es solo la ausencia de obligaciones, sino la presencia de elecciones genuinas. Es el poder de rediseñar tu vida en tus propios términos, sin las ataduras que quizás te hayan limitado hasta ahora. Es la oportunidad de experimentar nuevas posibilidades, nuevos caminos, nuevos placeres.
La menopausia, con todos sus cambios, trae consigo una invitación poderosa: reconectarte con tus deseos más auténticos. ¿Qué siempre quisiste hacer y nunca tuviste tiempo? ¿Qué sueños fueron pospuestos? ¿Qué versión de ti misma estaba esperando para emerger?
Tal vez sea hora de abandonar los "deberías" que han gobernado tu vida durante tanto tiempo. Tal vez sea el momento de cuestionar los roles que has desempeñado y preguntarte cuáles aún tienen sentido y cuáles pueden ser resignificados o incluso abandonados.
Tienes la sabiduría de los años vividos y, al mismo tiempo, todo un horizonte de posibilidades frente a ti. Este capítulo de tu vida puede ser escrito con una pluma que ahora está firmemente en tus manos.
Libertad de elecciones reales
No hablo de una libertad teórica, sino de decisiones concretas para construir una vida alineada con lo que realmente sientes y necesitas. Es la liberación de roles que ya no quieres sostener y vínculos que ya no te nutren.
Esta libertad se manifiesta en cómo eliges alimentarte, respetando la sabiduría de tu cuerpo más allá de presiones sociales. Se refleja en tu diálogo interno, cultivando pensamientos que te fortalecen en lugar de la autocrítica.
Se extiende a elegir conscientemente tus relaciones, estableciendo límites saludables y cultivando conexiones auténticas. Incluye reconocer cuándo necesitas descansar, entendiendo que no es pereza sino una necesidad esencial.
Implica decidir dónde invertir tu tiempo, priorizando lo que aporta significado genuino a tu vida. Y finalmente, definir qué es realmente importante, alineando tus decisiones diarias con tus valores esenciales.
Este proceso es gradual y requiere autoconocimiento y coraje. Comienza con momentos de escucha interna, silenciando las voces externas para reconocer tu propia voz interior. Recuerda: no necesitas permiso para rediseñar tu vida. La libertad ya es tuya, esperando ser ejercida con determinación.
Merezco lo mejor
Cuando pienso en esa frase "eres libre de vivir la vida que quieras", también pienso: "¿Qué vida merezco?" Y la respuesta siempre es: lo mejor. Merezco lo mejor siempre. Porque siempre merezco lo mejor. Y una cosa que me gusta mucho pensar es: "Ah, pero es tan difícil lograr todo lo que quiero." Pero si puedes imaginarlo, puedes lograrlo.
Mereces vivir bien, sin tener que justificarte. La cantidad de culpa que debes sentir por priorizarte es exactamente cero. Y los caminos disponibles para tu reinvención son infinitos.
Muchas de nosotras fuimos condicionadas a creer que nuestro valor está en cuánto servimos a los demás, en cuánto nos sacrificamos. Durante la menopausia, este momento de transformación profunda, tenemos la oportunidad de cuestionar estas creencias limitantes. El merecimiento no es algo que necesitemos conquistar,
Piensa en cuántas veces has puesto tus necesidades en último lugar. Cuántas veces has pospuesto tus sueños para cumplir con las expectativas de los demás. La menopausia puede ser el portal hacia una nueva forma de existir, donde te colocas en el centro de tu propia vida. No como un acto de egoísmo, sino como un reconocimiento de tu valor intrínseco.
El camino para vivir la vida que mereces comienza con pequeñas decisiones diarias. Elecciones que honran quién eres ahora, no quién fuiste condicionada a ser. Cada vez que te priorizas sin culpa, cada vez que dices "no" a lo que no resuena con tu corazón, reafirmas: merezco lo mejor. Y eso, por sí solo, ya es un acto revolucionario de autocuidado y amor propio.
Dándote permiso
Para vivir esta libertad, primero debes darte permiso. Permiso para cambiar ritmos, no saberlo todo, cambiar de opinión, buscar ayuda y soltar lo que ya no encaja. Este acto de autorización es revolucionario en un mundo que espera que siempre estemos en control.
  • Permiso para vivir a otros ritmos. Tu cuerpo y energía han cambiado. Encuentra un nuevo compás que respete quién eres ahora, sin forzarse a mantener el ritmo anterior.
  • Permiso para no saber. Permítete explorar y aprender. La incertidumbre es un espacio abierto a nuevos descubrimientos sobre tu misma.
  • Permiso para cambiar de opinión. Lo que funcionaba antes puede no funcionar ahora. Revisar y adaptarte es un acto de sabiduría, no de inconsistencia.
  • Permiso para buscar ayuda. Reconocer tus limitaciones y pedir apoyo muestra fortaleza, no debilidad. Conectarte con otros enriquece tu camino.
  • Permiso para celebrar tus logros. Reconoce cada pequeño paso y siente orgullo por tu resiliencia, por mínimas que parezcan las victorias.
  • Permiso para priorizar tu bienestar. Tu valor no está solo en lo que hace por otros. Pon tu salud física y emocional primero, sin culpa.
La menopausia no es el final, sino una transición llena de posibilidades para redescubrirse más allá de sus roles anteriores. No es menos por estar en la menopausia: es más consciente, auténtica, sabia y genuina.
Darte permiso es un ejercicio diario de amor propio que abre espacio a una existencia más plena. Es reconocer que sigues evolucionando, y que esta evolución merece ser honrada.
CAPÍTULO 8
Vision Board - Tablero de Sueños
El Vision Board es una poderosa herramienta visual que te permite materializar tus sueños durante la menopausia, conectando tus deseos más profundos con acciones concretas mediante imágenes y palabras que resuenan con tu verdadero ser.
Tablero de sueños
Hemos pasado muchos capítulos hablando de entender, soltar, cuidarse y elegir. Ahora te invito a mirar hacia adelante. No desde la exigencia, no desde el "tienes que reinventarte", sino desde la posibilidad. Porque en medio del caos hormonal, emocional y vital, todavía puedes soñar. Y soñar también es salud.
Creación personalizada
Un Vision Board es una representación visual de tus sueños y deseos, creada con imágenes y palabras que resuenan contigo. Cada elemento seleccionado tiene un significado personal, transformando sentimientos abstractos en visualizaciones concretas.
Recordatorios diarios
Al colocar tu Vision Board en un lugar visible, refuerzas diariamente tus objetivos y mantienes el enfoque en lo que realmente importa. Este contacto visual constante programa tu subconsciente para reconocer oportunidades alineadas con tus deseos.
Conexión intencional
Más que un collage bonito, es una herramienta para alinear tus acciones diarias con tus deseos más profundos. El Vision Board crea un puente entre el mundo de los sueños y la realidad, ayudándote a materializar tus aspiraciones con propósito.
Materializar tus aspiraciones
El Vision Board funciona como un mapa visual para tu futuro deseado. En la menopausia, cuando tantas transformaciones ocurren, este ejercicio creativo puede ayudarte a reconectar con tus deseos más auténticos.
Crear tu Vision Board no requiere habilidades artísticas especiales, solo intención, algunas revistas o imágenes impresas, tijeras, pegamento y un espacio para montar tu collage. Lo importante es que cada elemento incluido resuene profundamente contigo, despertando sensaciones de alegría, realización y posibilidad. Este simple acto de elegir, recortar y pegar puede abrir puertas a una nueva perspectiva sobre lo que realmente deseas en esta etapa de la vida.
También puedes optar por crear tu Vision Board en formato digital usando aplicaciones de diseño o incluso programas simples como PowerPoint o Canva. Esta versión digital tiene la ventaja de poder utilizarse como fondo de pantalla en tu teléfono móvil u ordenador, permitiéndote conectar con tus deseos y aspiraciones cada vez que uses tus dispositivos. Ver tus sueños visualizados varias veces al día refuerza el mensaje en tu subconsciente y te mantiene enfocada en tus objetivos, incluso en los momentos más cotidianos.
Ejemplos de Vision Boards
Aquí tienes dos ejemplos de mis propios tableros. espero que puedan ayudarte a visualizar cómo crear tu propio Vision Board. A mi me gusta tenerlos como fondo de pantalla en mi computadora.
Cada Vision Board es único, como única es tu historia. No hay reglas estrictas sobre cómo debe verse - lo importante es que al mirarlo sientas una conexión genuina con lo que has plasmado y te inspire a dar pequeños pasos hacia esos sueños cada día. Si creas tu propio Vision Board, ¡me encantaría verlo! Compártelo en Instagram y mencióname para que pueda admirar tu creación y cómo visualizas tu futuro.
Soñando para ti misma
¿Cuándo fue la última vez que soñaste algo solo para ti? No para tu familia o trabajo, sino un sueño que fuera solo tuyo. Muchas veces nos perdemos tanto en nuestras responsabilidades diarias que nos olvidamos de nuestros propios deseos.
Date permiso para imaginar posibilidades, incluso las que parecen lejanas. La perimenopausia no es el fin de los sueños; es un buen momento para redescubrir deseos olvidados o crear nuevas metas que sean realmente tuyas.
Pregúntate: ¿Qué te hace sentir entusiasmo? ¿Qué te da alegría de verdad? ¿Qué cosas has dejado de lado mientras cuidabas a los demás? Estas preguntas te ayudan a conocerte mejor.
Imagina: ¿Cómo quieres sentirte dentro de un año? ¿Qué experiencias quieres haber vivido? ¿En qué persona quieres convertirte? Esta visualización no es solo un ejercicio—es el primer paso para crear tu futuro. Tus pensamientos guían tus acciones y decisiones de cada día.
El Vision Board no es un simple pasatiempo, sino una herramienta útil para aclarar tus metas y mantener tu atención en lo importante. Durante este tiempo de cambios hormonales y emocionales, crear un espacio visual para tus sueños te da esperanza. No importa tu edad o situación actual—siempre es buen momento para imaginar tu futuro con nuevas posibilidades que sean completamente tuyas.
Más allá del Vision Board
Visualización diaria
Reserva unos minutos todos los días para mirar tu Vision Board con atención. Imagínate viviendo esas experiencias, sintiendo esas emociones, siendo esa persona que deseas ser.
La visualización constante programa tu cerebro para reconocer oportunidades alineadas con tus objetivos. Los estudios de neurociencia muestran que nuestro cerebro no distingue claramente entre la visualización vívida y la experiencia real.
Consejo práctico: antes de dormir, observa tu Vision Board durante 5 minutos. El subconsciente procesará estas imágenes durante el sueño, fortaleciendo las conexiones neuronales asociadas a tus sueños.
Acciones alineadas
Identifica pequeñas acciones diarias que te acerquen a los sueños representados en tu Vision Board. Transforma la inspiración en acción concreta.
Por ejemplo, si tu sueño es viajar a un lugar específico, comienza investigando sobre el destino, aprendiendo algunas palabras del idioma local o ahorrando una cantidad semanal para ese propósito.
Crea un sistema de seguimiento: para cada área de tu Vision Board, define al menos tres pequeñas acciones realizables que puedas incorporar a tu rutina semanal. Recuerda que la consistencia en pequeñas acciones genera grandes transformaciones con el tiempo.
Práctica de gratitud
Combina tu Vision Board con un diario de gratitud. Registra diariamente tres cosas por las que estás agradecida y que ya están presentes en tu vida y se relacionan con tus sueños.
Esta práctica crea un estado mental de abundancia y receptividad, esencial para manifestar tus deseos. Cuando reconocemos lo que ya tenemos, abrimos espacio para recibir más.
La gratitud también sirve como ancla en los momentos difíciles, recordándonos que estamos en constante evolución, incluso cuando el progreso parece lento.
¿Y si no tengo ningún sueño ahora? Está bien. A veces estamos tan cansadas que ni siquiera nos permitimos soñar. Pero a partir del momento en que puse la idea en tu mente, estoy segura de que empezarás a soñar. Tu primer paso puede ser simplemente soñar con descansar, volver a sentirte bien en tu cuerpo, recuperar el deseo de vivir con más presencia.
Recuerda: el Vision Board no se trata de alcanzar metas superficiales o adquirir posesiones, sino de descubrir quién eres realmente y cómo deseas expresarte en el mundo. Es una invitación a ampliar tu visión de posibilidades y reconectarte con tus deseos más profundos.
Respeta tu propio ritmo. Algunas personas perciben cambios rápidamente después de crear un Vision Board, mientras que otras notan transformaciones más sutiles y graduales. Lo importante es mantenerte abierta a las posibilidades y confiar en el proceso único de cada jornada personal.
CAPÍTULO 9
¿Qué te impide volar?
Exploramos los obstáculos internos que nos limitan: miedos, apegos al pasado, preocupación por el juicio ajeno y perfeccionismo. Identificar estos bloqueos es el primer paso para superarlos y avanzar hacia una nueva etapa.
¿Qué te impide volar?
Llegando a este punto, ya sabes lo que está sucediendo. Empezaste a verte, a escucharte, incluso a soñarte. Pero puede que aún haya algo que no te deja avanzar. Algo que pesa. Algo que frena. Algo que no se ve, pero se siente.
Estos bloqueos internos son como anclas invisibles que nos mantienen atados cuando queremos navegar hacia nuevos horizontes. Surgen de experiencias pasadas, traumas no procesados o simplemente hábitos mentales que se han fortalecido con el tiempo. Identificarlos es el primer paso para transformarlos.
Hay obstáculos comunes que nos impiden avanzar. El miedo al cambio, ese temor a salir de la zona de confort, incluso cuando ya no es cómoda. También está el apego al pasado, esa dificultad para soltar la imagen de quien fuiste. No menos importante es el miedo al juicio, la preocupación excesiva por la opinión de los demás. Y finalmente, el perfeccionismo, esa exigencia interna de hacerlo todo perfecto o no hacer nada.
A menudo, lo que más nos impide volar no son las circunstancias externas, sino nuestros diálogos internos. Esa voz crítica que cuestiona nuestras capacidades, que recuerda nuestros fracasos, que insiste en mantenernos pequeños por miedo a lo desconocido. Reconocer estos patrones es fundamental para comenzar a reescribir nuestra narrativa interna.
Permítete investigar: ¿cuál de estas barreras resuena más fuertemente contigo ahora? ¿Qué pasaría si decidieras enfrentarla, incluso con miedo? Recuerda que el crecimiento rara vez ocurre en la zona de confort; florece precisamente cuando nos permitimos atravesar la incomodidad con valentía y compasión por nosotros mismos.
Nombrando los obstáculos
A veces no es falta de información. Es que hay un nudo dentro. Una creencia, un miedo, una herida, una culpa. Algo que te dice en voz baja: "No puedes. ¿Y si ya es tarde? ¿Y si no eres suficiente?" Entonces la pregunta es simple, pero profunda: ¿Qué te impide volar?
Cada mujer lleva una historia única, pero a menudo enfrentamos obstáculos similares que se esconden en las sombras de nuestra conciencia. Son estos obstáculos invisibles los que más nos limitan. Ponerles nombre es el primer paso para disminuir su poder.
Entre las creencias limitantes más comunes escuchamos frases como "Ya es demasiado tarde para mí", "No merezco cosas buenas", "No tengo la capacidad para esto", "La gente se reirá de mí", "Siempre he sido así, no puedo cambiar" o "La gente como yo no logra el éxito". Estas creencias, aunque parezcan verdades, son solo interpretaciones de la realidad que hemos adoptado como definitivas.
Los miedos profundos nos atenazan con preguntas inquietantes: "¿Y si fracaso?", "¿Y si me quedo sola?", "¿Y si mi salud empeora?", "¿Y si no soy capaz?", "¿Y si descubren que soy una fraude?", "¿Y si me decepciono de nuevo?" Cuando los enfrentamos y nombramos, estos miedos comienzan a perder su fuerza paralizante.
Las heridas emocionales dejan marcas profundas: traumas no procesados, rechazos del pasado, críticas interiorizadas, abandonos sin resolver, expectativas no cumplidas y pérdidas significativas no elaboradas. Al acoger estas heridas antiguas con gentileza, iniciamos el proceso de curación que nos permite avanzar.
Cuando reconocemos una creencia limitante, nos damos cuenta de que no es una verdad absoluta. Cuando nos enfrentamos a un miedo, este comienza a perder fuerza. Cuando acogemos una herida antigua, iniciamos el proceso de curación.
Identifica cuáles de estas barreras resuenan contigo. Obsérvalas sin juzgar. Recuerda que nombrar no significa aceptar como permanente, sino reconocer para transformar.
El poder de nombrar
Vamos a nombrar. Pon nombre a eso que te frena. Escribe. Habla. Reconoce. Visualiza. Porque lo que no se nombra queda dentro. Y si queda dentro, pesa. Y si pesa, no te deja moverte. No te deja crecer. No te deja vivir con ligereza. Lo que callas, te carga. Lo que miras y aceptas, te libera. Y al liberarte de esos pesos invisibles, abres espacio para una nueva versión de ti misma, más ligera, más auténtica y más alineada con tus verdaderos deseos.
Escribir para liberar
Coge un papel y escribe todo lo que sientes que te está impidiendo avanzar. Sé específica y honesta contigo misma. No juzgues lo que aparezca.
Ejemplo: "Tengo miedo de invertir en mí y ser juzgada como egoísta" o "Temo que si cambio mi apariencia, ya no me reconoceré".
La escritura conecta nuestras emociones con nuestra conciencia, permitiéndonos identificar patrones que antes no veíamos. Al poner tus miedos en papel, los sacas del dominio de las sombras y los traes a la luz.
  • Escribe sin filtros ni juicios
  • Vuelve a leer y observa los patrones recurrentes
  • Cuestiona de dónde vienen estas creencias
Hablar para procesar
Comparte tus miedos con alguien de confianza o un profesional. A veces, simplemente verbalizar lo que nos asusta ya disminuye su poder sobre nosotras.
Muchas mujeres informan sentir un inmenso alivio al descubrir que no están solas en sus miedos y que otras pasan por desafíos similares.
La voz da vida a las palabras, y cuando hablamos nuestros miedos en voz alta, pierden parte de su control sobre nosotras. Un diálogo sincero puede revelar perspectivas que sola no podrías ver.
  • Elige a alguien que sepa escuchar sin juzgar
  • No minimices tus sentimientos al compartirlos
  • Mantente abierta a recibir diferentes perspectivas
Visualizar para transformar
Después de nombrar tus obstáculos, visualízalos como objetos separados de ti. Imagínalos como piedras que puedes examinar y luego decidir si quieres seguir cargando con ellas.
Ejemplo: Ve tu miedo al fracaso como una piedra gris en tus manos. Observa su peso, su forma, y luego pregúntate: "¿Realmente necesito llevar esto conmigo?"
Esta práctica de distanciamiento emocional ayuda a crear un espacio entre tú y tus miedos, disminuyendo tu identificación con ellos y permitiendo una nueva relación con lo que antes parecía inseparable de ti.
  • Practica esta visualización a diario
  • Agradece al miedo por la protección que intentó ofrecerte
  • Decide conscientemente qué límites deseas mantener o soltar
Soltar para volar
El proceso de liberación emocional es como abrir las alas después de mucho tiempo en la jaula. No sucede de una vez, sino en etapas que nos permiten ganar confianza y fuerza. Cuando aprendemos a soltar lo que nos limita, descubrimos una ligereza que no sabíamos que era posible.
Reconocer
Identificar lo que te limita sin juzgar. Observa tus pensamientos, patrones y creencias limitantes con curiosidad y honestidad. ¿Qué historias te cuentas a ti misma que impiden tu crecimiento?
Acoger
Tratar tus miedos con compasión, no con crítica. Tus miedos no son enemigos, son partes tuyas que necesitan atención. Practica hablar con tus partes asustadas como hablarías con una amiga querida.
Soltar
Decidir conscientemente dejar ir lo que ya no sirve. Es reconocer que, aunque algo haya sido importante en el pasado, ahora es el momento de crear espacio para lo nuevo.
Crecer
Abrir espacio para nuevas posibilidades. Cuando sueltas lo que te limita, tu energía puede fluir hacia la creación, la conexión y el crecimiento personal.
¿Y si soltar fuera más simple de lo que crees? Soltar no es olvidar, no es borrar, no es hacer como si no hubiera sucedido. Soltar es aceptar que eso ya no te sirve. Y que ahora necesitas otra cosa.
Recuerda que el proceso no es lineal. Habrá días en los que sientas que has vuelto al principio, y está bien. Lo importante es la intención de seguir adelante, de no aferrarte a lo que ya pasó. Cada vez que eliges soltar, fortaleces tu músculo de resiliencia y autocuidado.
La verdad es que ya tienes todo lo que necesitas para dar este paso. La sabiduría está dentro de ti, esperando ser reconocida. Confía en tu proceso, respeta tu tiempo, y observa cómo, poco a poco, tus alas se abren a vuelos cada vez más altos y libres.
Recuerda que el proceso no es lineal. Habrá días en los que sientas que has vuelto al principio, y está bien. Lo importante es la intención de seguir adelante, de no aferrarte a lo que ya pasó. Cada vez que eliges soltar, fortaleces tu músculo de resiliencia y autocuidado.
La verdad es que ya tienes todo lo que necesitas para dar este paso. La sabiduría está dentro de ti, esperando ser reconocida. Confía en tu proceso, respeta tu tiempo, y observa cómo, poco a poco, tus alas se abren a vuelos cada vez más altos y libres.
CAPÍTULO 10
¡Es hora de decir basta!
Un momento de claridad interior donde reconocemos nuestro valor y decidimos establecer límites saludables por amor propio. No es ira, sino dignidad despertando.
¡Es hora de decir basta!
Hay un momento que no siempre se puede explicar con palabras, un momento que no se anuncia, sino que se siente. Un momento en el que, sin hacer ruido, algo dentro de ti te dice: basta. No es ira, no es un impulso, es claridad. La claridad de saber que no puedes seguir igual, que no quieres seguir igual, que mereces algo diferente.
Este es el poder silencioso de la dignidad despertando. Una fuerza que nace de las profundidades del alma, donde habita tu verdad más esencial. Es como si todas las pequeñas concesiones, todos los momentos en los que te disminuiste, todas las fronteras invadidas, finalmente se unieran en un coro unánime que ya no puede ser ignorado.
El "basta" es un acto de amor propio, un reconocimiento de tu valor. Es el momento en el que decides que tu paz mental ya no está a la venta, que tu energía es demasiado valiosa para ser desperdiciada en situaciones y personas que no la nutren. Es cuando entiendes que establecer límites no es egoísmo, sino una necesidad vital para tu salud emocional.
Y aunque este momento pueda parecer repentino para los demás, para ti es el resultado de un largo proceso interior. Es la culminación de innumerables reflexiones, lágrimas contenidas y sonrisas forzadas. Es el fruto maduro que finalmente cae del árbol cuando está listo, no antes, no después.
¿A qué dices basta?
Llega un momento en que debes decir basta a colocarte siempre al final. Basta de priorizar las necesidades de todos antes que las tuyas propias. Mereces el mismo cuidado y atención que les das a los demás. Establece tiempo para ti como prioridad inquebrantable.
Es hora de decir basta a las exigencias imposibles. Basta de intentar ser supermujer y hacerlo todo a la perfección. Acepta que la perfección es una ilusión que solo trae frustración. Permítete ser humana, con limitaciones y necesidades reales.
Di basta a las relaciones tóxicas. Basta de mantener vínculos con personas que te hacen sentir agotada emocionalmente después de cada encuentro, que critican constantemente tus decisiones o que solo aparecen cuando necesitan algo de ti. Las relaciones saludables deben ser recíprocas, nutrir tu espíritu y fortalecer tu confianza, no dejarte con sensación de vacío, culpa o insuficiencia. Observa cómo te sientes después de cada interacción y honra esas señales como valiosas brújulas internas.
Es momento de decir basta a fingir que estás bien. Basta de ocultar cómo te sientes realmente por miedo a molestar. Tus emociones son válidas y merecen ser expresadas. Permitirte ser vulnerable es un acto de valentía, no de debilidad.
Di basta a callar tus necesidades. Basta de no expresar lo que necesitas por temor a parecer egoísta. Comunicar tus límites y deseos no es egoísmo, es autocuidado esencial para relaciones saludables y equilibradas.
Es tiempo de decir basta a vivir atrapada en el pasado. Basta de permitir que experiencias antiguas determinen tu presente y futuro. Reconoce tus heridas, pero no dejes que ellas definan quién eres o lo que mereces recibir de la vida.
Y finalmente, di basta a usar máscaras sociales. Basta de presentarte como alguien que no eres para agradar a los demás. Tu autenticidad es tu mayor poder. Cuando te muestras verdadera, atraes a personas que realmente resuenan con tu esencia.
¿A qué dices basta? ¿A colocarte siempre al final? ¿A exigirte lo que ya no puedes ni quieres dar? ¿A estar rodeada de personas que no te nutren? ¿A vivir desde el cansancio, la culpa o la desconexión? ¿A fingir que estás bien cuando por dentro no lo estás? ¿A callar lo que necesitas? ¿A olvidar lo que te hace bien?
El "basta" es un acto de amor propio, no de rebeldía. Es reconocer tu valor intrínseco y actuar en alineación con él. Es comprender que establecer límites saludables no solo te protege, sino que también enseña a los demás cómo tratarte. Cuando dices "basta" a lo que ya no te sirve, abres espacio para lo que realmente deseas en tu vida.
Mi contrato conmigo misma
A partir de hoy, me comprometo a priorizarme. Reservaré tiempo diario para mi autocuidado, sin culpa ni justificaciones. Entiendo que cuidar de mí no es egoísmo, sino una necesidad fundamental.
Con determinación, me comprometo a establecer límites. Diré "no" cuando algo comprometa mi bienestar, incluso si eso desagrada a otras personas. Reconozco que mis límites son sagrados y merecen ser respetados.
Con humildad, me comprometo a buscar ayuda. No intentaré resolver todo yo sola. Pediré apoyo cuando lo necesite, ya sea de amigos, familiares o profesionales. La vulnerabilidad no es debilidad, sino valentía.
Desde hoy, me comprometo a tratarme con amabilidad. Sustituiré la autocrítica por palabras de aliento y compasión, como lo haría con una amiga querida. Seré mi mejor aliada, no mi peor crítica.
Con esperanza, me comprometo a honrar mis sueños. Daré pasos concretos hacia mis objetivos, por pequeños que sean. Ya no aplazaré la vida que deseo vivir ni delegaré mis decisiones a otros.
Con alegría, me comprometo a celebrar mis logros. Reconoceré cada paso dado, cada pequeña victoria. No minimizaré mis logros ni dejaré que pasen desapercibidos.
Este contrato no es solo un conjunto de palabras, sino un compromiso de honor con la mujer que soy y que deseo ser.
Y si alguna vez rompo este contrato, no me castigaré. Comenzaré de nuevo con aún más determinación, sabiendo que el viaje del autocuidado y el amor propio es continuo e imperfecto, como debe ser toda experiencia auténticamente humana.
El basta no es un grito. Es una decisión silenciosa, pero poderosa. Es el momento en el que dejas de negociar contigo misma. Cuando ya no te convences de aguantar un poco más. Cuando dejas de esperar que algo externo cambie primero. Porque hay cosas que no cambian. Hasta que tú cambias tu lugar en ellas.El basta no es un grito. Es una decisión silenciosa, pero poderosa. Es el momento en el que dejas de negociar contigo misma. Cuando ya no te convences de aguantar un poco más. Cuando dejas de esperar que algo externo cambie primero. Porque hay cosas que no cambian. Hasta que tú cambias tu lugar en ellas.
Esta es mi declaración de independencia de las expectativas ajenas y de reconexión con mi esencia. Cada vez que dude, volveré a estas palabras para recordar el momento en que me elegí a mí misma.Esta es mi declaración de independencia de las expectativas ajenas y de reconexión con mi esencia. Cada vez que dude, volveré a estas palabras para recordar el momento en que me elegí a mí misma.
Modelo de contrato personal
Yo, _______________________________________________________________, en pleno uso de mi poder y consciencia, firmo este contrato sagrado conmigo misma el día ________________________________________________________________.
Me comprometo solemnemente a:
  • Dedicar _______ minutos diarios a mi autocuidado como acto de amor propio
  • Pronunciar un "no" firme y claro cuando algo no resuene con mi bienestar y valores
  • Buscar apoyo profesional para _________________________, reconociendo que pedir ayuda es un signo de fortaleza
  • Transformar la frase limitante "No puedo" por la poderosa "Elijo ___________________________"
  • Celebrar y honrar mis logros cada ___________________________, sin importar cuán pequeños parezcan
  • Liberarme completamente de la culpa por ________________________, entendiendo que merezco paz interior
  • Priorizar mi descanso como necesidad sagrada, sin justificaciones ni explicaciones
Cuando sienta que flaqueo o dudo, me comprometo a: _________________________________________________________________
Firmo este contrato con amor inquebrantable hacia mí misma y con la determinación de una mujer que renace,
___________________
La liberación del "basta"
Decir "basta" no significa rendirse. Por el contrario, es el primer paso hacia una nueva forma de vivir, más auténtica y alineada con quien realmente eres. Cuando decides que "así ya no funciona más", abres espacio para descubrir cómo realmente quieres que sea. Es un acto de valentía reconocer que mereces más, que tu corazón anhela algo diferente. Esa valentía de decir "basta" es lo que separa una vida de conformismo de una vida de realización plena.
Es normal sentir miedo al establecer nuevos límites o hacer cambios significativos. Pero junto a ese miedo viene un profundo alivio de finalmente honrar tu verdad. Muchas mujeres informan que, después del momento del "basta", sintieron como si un enorme peso se hubiera quitado de sus hombros. El miedo a lo desconocido es real, pero menor que la incomodidad de seguir viviendo una vida que no resuena con quien eres. El alivio proviene de la liberación de expectativas que nunca fueron realmente tuyas, pero que has cargado durante demasiado tiempo.
Este "basta" no es el final, es el comienzo de otra forma de estar en el mundo, una forma más honesta, más ligera, más libre. Puede que al principio asuste, pero en el fondo también alivia. Porque soltar no siempre es perder, a veces soltar es sanar. Tú sabrás cuándo es tu momento. No te lo marcará el calendario, tu entorno, la edad. Te lo marcará tu cuerpo, tu cansancio, tu verdad.
Cuando llegue ese momento, no lo ignores. Escucha lo que tu ser está clamando. El "basta" es un susurro que viene de dentro, que crece hasta que ya no puede ser ignorado. Es el momento sagrado en el que decides honrarte a ti misma por encima de todo. Es cuando comprendes que nadie vendrá a salvarte, porque la heroína de esta historia siempre has sido, y siempre serás, tú misma.
Recuerda: tu "basta" no necesita ser un grito al mundo. Puede ser una decisión silenciosa, una promesa que te haces a ti misma. Lo importante es que sea verdadero, que venga del fondo de tu alma. Porque cuando es así, nada ni nadie podrá detener la transformación que está por venir.
CAPÍTULO 11
El Cambio que lo Cambia Todo
La verdadera transformación comienza desde dentro. Cuando honramos nuestro valor y nos tratamos con respeto, toda nuestra realidad exterior se reconfigura en respuesta.
El Cambio que lo Cambia Todo
Hay muchos tipos de cambio. Cambios de trabajo, de hábitos, de alimentación, de entorno. Y todos pueden ser importantes. Pero hay uno que lo transforma todo: el que ocurre dentro de ti.
Esta transformación interna es sutil pero poderosa. No sucede de la noche a la mañana, sino a través de pequeños momentos de conciencia y elecciones diferentes. Es cuando decides no abandonarte más, no traicionarte más, no ponerte en último lugar.
El verdadero cambio ocurre cuando reconoces tu valor intrínseco y comienzas a vivir desde ese lugar. Cuando dejas de buscar la aprobación externa y empiezas a escuchar tu propia voz interior. Cuando entiendes que cuidar de ti no es egoísmo, sino una necesidad.
Y lo más sorprendente es que, al cambiar interiormente, todo tu mundo exterior responde. Tus relaciones se transforman. Tus elecciones profesionales ganan claridad. Tu relación con tu cuerpo y tu salud se renueva. Todo cambia cuando cambias la forma en que te ves y te tratas.
El cambio que comienza dentro de ti reverbera en todas las áreas de tu vida. Vivir alineado con tu verdadera esencia, sin máscaras ni pretensiones, te permite experimentar una auténtica transformación. Tratarte con la gentileza que mereces y abandonar la autocrítica destructiva es parte fundamental de este proceso. Habitar plenamente cada momento, conectado con el aquí y ahora, completa esta revolución interior que lo cambia todo.
Un cambio invisible
Más allá de las apariencias
Este cambio no siempre se ve desde fuera. No se mide con kilos, ni con productividad, ni con la aprobación de nadie. Se siente en silencio, en la forma en que te hablas, en cómo te miras, en cómo te decides, en cómo te sostienes.
Es una transformación sutil que ocurre en las capas más profundas de tu ser. Una revolución silenciosa que redefine tu relación contigo misma y con el mundo que te rodea. Este cambio comienza cuando decides habitar tu cuerpo y tu vida con más conciencia y compasión.
Señales sutiles
Sabrás que este cambio está ocurriendo cuando:
  • Ya no te conformas con migajas de descanso
  • No negocias tu paz para encajar
  • Ya no vives en piloto automático
  • No comes con culpa
  • Ya no te callas tanto
  • No dices "estoy bien" cuando no lo estás
  • Empiezas a honrar tus límites sin culpa
  • Reconoces tus necesidades como legítimas
  • Celebras tus pequeños avances sin necesitar validación externa
  • Respetas tu propio ritmo, incluso cuando el mundo pide prisa
  • Percibes que tu valor no depende de tu productividad
Es un viaje íntimo, a menudo invisible a los ojos de los demás, pero profundamente revolucionario para quien lo vive. Una transformación que comienza con pequeños gestos de autocuidado y florece en una nueva forma de existir en el mundo, más consciente, más compasiva y más auténtica.
Este cambio no ocurre de la noche a la mañana. Es un camino de altibajos, de avances y retrocesos. Pero cada pequeño paso cuenta. Cada vez que eliges tratarte con más amabilidad, cada vez que honras tus necesidades, cada vez que te permites ser imperfecta, alimentas esta transformación que, aunque invisible, lo cambia todo.
Alimentando la transformación
¿Cómo se alimenta este cambio? Con presencia consciente en cada respiración. Estar plenamente en el momento presente, sin rumiar el pasado o anticipar el futuro. La presencia es la base de la transformación, ya que nos permite percibir con claridad nuestras reacciones y patrones.
Se nutre también con decisiones conscientes, esas pequeñas elecciones que honran quién eres y lo que necesitas. Cada decisión alineada con tus valores fortalece tu identidad y construye una vida más auténtica y satisfactoria.
Los vínculos nutritivos son fundamentales en este proceso. Cultivar relaciones que te apoyen e inspiren a crecer. Las conexiones verdaderas son aquellas donde puedes ser genuinamente quien eres, sin máscaras o adaptaciones que disminuyan tu esencia.
Igualmente importantes son los límites protectores, esas fronteras claras que preserven tu energía y bienestar. Los límites saludables no son muros, sino puertas que eliges abrir o cerrar según tu capacidad emocional y las necesidades del momento.
El silencio nutritivo te permite reservar momentos de quietud para reconectarte contigo misma. En el silencio, lejos de los estímulos externos y las expectativas ajenas, puedes escuchar tu propia voz interior y reconocer tus deseos genuinos.
La transformación verdadera no ocurre en grandes gestos, sino en la consistencia de estas prácticas sutiles que, juntas, reorientan completamente tu camino. Con vínculos profundos que te sostienen en los momentos de incertidumbre, con límites firmes que te protegen de relaciones y situaciones que drenan tu energía, y con descanso reparador cuando lo mereces, reconociendo que pausar también es una forma de avanzar.
Convivir con personas que transforman
Existe una necesidad profunda e intrínseca de estar cerca de personas que cambian el curso de nuestra vida. Y que también podamos formar parte de sus vidas, creando una red de conexiones significativas y transformadoras. Si necesito aprender algo o desarrollar una mentalidad, necesito estar cerca de personas que ya tienen eso. Porque, por más que esté aprendiendo en teoría, sabiendo qué hacer, no se puede vencer el entorno.
Aprendemos juntas
Compartiendo conocimientos y experiencias que enriquecen nuestro camino
Nos apoyamos mutuamente
Ofreciendo sostén en los momentos difíciles cuando más lo necesitamos
Celebramos los logros
Reconociendo y festejando cada paso dado en el camino
Nos inspiramos
Motivándonos a crecer y evolucionar constantemente
Cuando nos rodeamos de personas que nos inspiran y desafían, creamos un espacio seguro para el crecimiento mutuo. Estas relaciones nos permiten ver más allá de nuestras limitaciones actuales y vislumbrar posibilidades que quizás no podríamos imaginar solos.
El poder transformador de estas conexiones va mucho más allá del aprendizaje práctico; dan forma a nuestra forma de ver el mundo y a nosotros mismos. Como dice el dicho, "somos el promedio de las cinco personas con las que más convivimos". Por eso, elegir conscientemente a quién permitimos en nuestro círculo íntimo es quizás una de las decisiones más importantes que podemos tomar en nuestro viaje de transformación personal.
CAPÍTULO 12
Sé el Cambio
Un llamado a la acción personal: el cambio comienza dentro de ti y requiere coraje, honestidad y determinación. Al transformarte, inspiras a otras mujeres, creando un efecto multiplicador de cambio positivo.
Sé el Cambio
Este último capítulo no es teoría, es una invitación, una provocación, una puerta. Porque por mucho que te expliquen, que te acompañen, que te inspiren, nadie puede hacer el camino por ti. Ese paso lo das tú.
El cambio comienza dentro de ti. Es un proceso íntimo y personal que exige coraje para mirar hacia adentro, honestidad para reconocer lo que necesita ser transformado, y determinación para seguir adelante incluso cuando el camino parezca difícil. No hay atajos en este viaje.
Cuando eliges ser el cambio, también estás eligiendo liberarte de las expectativas de los demás y de las limitaciones autoimpuestas. Estás diciendo "sí" a tu propia vida, en tus propios términos. Es un acto de autodeterminación y aceptación profunda de ti misma.
Guiando a otras mujeres: Cuando pasas por la transformación, te conviertes naturalmente en un faro para otras que están comenzando su viaje. Compartiendo sabiduría: Tu experiencia vivida se convierte en un recurso valioso para la comunidad que te rodea. Efecto multiplicador: Cada mujer que se transforma inspira a otras a hacer lo mismo, creando olas de cambio positivo.
Recuerda que el cambio no sucede de la noche a la mañana. Es un proceso continuo, con avances y retrocesos. Cada pequeño paso importa. Cada decisión consciente es una victoria. Y cada vez que eliges ser fiel a ti misma, estás creando un nuevo patrón no solo para tu vida, sino también para las mujeres que te rodean.
Ahora es tu turno. El conocimiento está en tus manos. Las herramientas han sido compartidas. La sabiduría colectiva de tantas mujeres que te precedieron está a tu alcance. ¿Qué harás con eso? ¿Cómo elegirás ser el cambio en tu propia vida y en el mundo?
Elegirse todos los días
Al despertar, antes de revisar mensajes o noticias, respira profundamente y pregúntate: "¿Cómo puedo honrarme hoy?" Reserva al menos cinco minutos para visualizar tus intenciones para el día y conectarte con tus valores más profundos. Crea un ritual matutino que nutra tu alma - puede ser meditación, un diario de gratitud, o simplemente disfrutar del primer sorbo de café en silencio absoluto.
En las comidas, elige alimentos que nutran tu cuerpo y energía, comiendo con plena atención y gratitud. Observa los colores, texturas y sabores en cada bocado, reconociendo el sustento que proporcionan. Evita distracciones como el teléfono o la televisión durante las comidas. Convierte cada momento de alimentación en un acto de autocuidado, no solo de necesidad.
En las relaciones, expresa tus necesidades con claridad y amabilidad, sin disminuirte para complacer. Recuerda que honrarte a ti misma no significa faltar el respeto a los demás, sino establecer una comunicación auténtica. Aléjate de relaciones que drenan tu energía consistentemente. Valora a aquellas personas que celebran tu crecimiento y respetan tu espacio para ser quien realmente eres.
En el trabajo, establece límites saludables y toma descansos regulares para reconectarte contigo misma. Aprende a decir "no" cuando sea necesario, reconociendo que cada "no" al exceso de trabajo es un "sí" a tu bienestar. Alinea tus actividades profesionales con tus valores siempre que sea posible. Busca momentos para ejercer tu creatividad y celebra tus logros, por pequeños que parezcan.
Antes de dormir, reflexiona sobre los momentos en los que te elegiste durante el día y celebra esas pequeñas victorias. Registra en un diario tres instantes en los que honraste tus necesidades y sentimientos. Crea un ritual nocturno para desconectarte de los estímulos externos y preparar cuerpo y mente para un descanso reparador. Agradécete a ti misma por el esfuerzo de vivir con más conciencia.
Sé el cambio. No el perfecto. No el que todo el mundo aplaude. Sé el tuyo. El que te conecta. El que te sostiene. El que te representa. Porque si tú no te eliges, ¿quién lo hará? Esta elección diaria es una revolución silenciosa, un compromiso íntimo que, con el tiempo, transforma no solo tu experiencia interna, sino todo tu mundo exterior.
La práctica diaria
Así como entrenamos los músculos, necesitamos practicar el hábito de cuidarnos. Al principio puede parecer extraño o incluso egoísta, pero con el tiempo se vuelve natural. Dedica al menos 20 minutos diarios exclusivamente a ti: un baño relajante, una lectura inspiradora o simplemente un momento de silencio.
Practica hablarte a ti misma como le hablarías a una amiga querida. Sustituye las críticas por palabras de aliento y comprensión. Cuando cometas un error, respira hondo y pregúntate: "¿Cómo aconsejaría a alguien a quien amo en esta situación?" Entonces aplica ese mismo consejo a ti misma.
Comienza con pequeños "noes" y fortalece tu capacidad para establecer límites saludables en todas las áreas de tu vida. Recuerda que establecer límites no es un acto de rechazo hacia los demás, sino un gesto de respeto hacia ti misma. Cada vez que honras tus necesidades, enseñas a los demás cómo tratarte.
Dedica algunos minutos diarios a estar plenamente presente, ya sea a través de la meditación, la respiración consciente o simplemente observando tu entorno. La práctica constante de la atención plena nos conecta con el momento actual, reduciendo la ansiedad sobre el futuro y los arrepentimientos sobre el pasado. Comienza con 5 minutos y aumenta gradualmente.
Cultiva el hábito de reconocer al menos tres cosas por las que estás agradecida cada día, por más simples que parezcan. La gratitud transforma nuestra perspectiva y nos ayuda a percibir la abundancia donde antes veíamos escasez. Mantén un diario de gratitud y reléelo en los momentos difíciles.
Todo en la vida es práctica. E incluso soñar es una práctica. Hasta soñar se vuelve práctica. Porque no queremos soñar, ¿verdad? Porque la persona se siente culpable, se juzga. Se juzga en que no puedo vivir bien, no puedo. ¿Por qué no, verdad?
Esta práctica diaria no tiene que ser perfecta. Lo importante es la consistencia, no la perfección. Así como un atleta no abandona su entrenamiento después de un mal día, no abandones tu autocuidado cuando las cosas no salgan como lo planeado. Vuelve siempre a lo básico, respira y comienza de nuevo. Con el tiempo, estas pequeñas prácticas transforman no solo tu día, sino toda tu vida.
Ser el ejemplo que inspira
La transformación comienza al honrar nuestras necesidades genuinas, enfrentando viejos patrones y abrazando nuevas posibilidades. El cambio real ocurre cuando convertimos acciones conscientes en hábitos naturales, manifestando nuestros valores en cada elección.
Al compartir tu jornada con vulnerabilidad y autenticidad, tu creas puentes para que otras mujeres se reconozcan en tu historia. Tus experiencias se convierten en faros que multiplican el impacto de tu transformación personal en la comunidad.
Este camino comienza cada día que te miras con más compasión. Cada vez que eliges cuidarte desde el respeto y no desde la exigencia. Cada vez que defines tus límites con claridad.
No necesitas que todo esté perfecto para empezar. Solo necesitas darte permiso para aprender en el proceso y celebrar cada pequeña victoria.
Recuerda: tu autocuidado no es egoísmo, sino un ejemplo poderoso. Cuando estableces límites saludables y celebras tu autenticidad, creas espacio para que otras también brillen en su verdad.
Eres el cambio que tu cuerpo esperaba
El viaje del autocuidado es una revolución silenciosa. Comienza con pequeños pasos y se convierte en un camino de autodescubrimiento y amor propio. Cada decisión consciente que tomas hoy es una inversión en tu bienestar futuro.
Tú eres el cambio que tu cuerpo estaba esperando. La sabiduría ya existe dentro de ti, esa voz que sabe exactamente lo que tu cuerpo necesita para florecer. Tú eres el cambio que tu historia necesita, reescribiendo narrativas limitantes con cada acto de amor propio.
Este camino incluye honrar tu cuerpo a través del movimiento gentil, nutrirse con alimentos saludables y coloridos, y permitirte descansar sin culpa. También significa conectarte con una comunidad de mujeres que te apoyan, celebrar tu belleza única a cualquier edad, y expresarte creativamente.
Tú eres el cambio que rompe el silencio sobre los estándares irreales y las expectativas imposibles. Tú eres el cambio que honra tu verdad, abrazando tu singularidad con valentía y determinación. Cada vez que eliges respetar tus límites y celebrar tus logros, inspiras a otras mujeres a hacer lo mismo.
El poder de la comunidad
Recuerda que este viaje no tiene que ser solitario. Al compartir tu experiencia, creas espacio para que otras mujeres también se permitan transformarse. Juntas, podemos construir un nuevo paradigma de autocuidado y aceptación.
Gracias por haber llegado hasta aquí. Gracias por estar. Gracias por escucharte. Sigamos juntas, construyendo una nueva relación con nuestros cuerpos y nuestras historias, una relación basada en el respeto, la aceptación y el amor incondicional.
Sobre la Autora
Thelma Baniski
Soy esa chica que salió de Curitiba a los 26 años con la maleta llena de sueños y que hoy, a los 48 años, viviendo aquí en Vigo, España, lleva en sus manos una historia de travesías culturales, emocionales, profesionales y mucha travesía interna. Cada paso de este viaje entre dos países me enseñó sobre adaptación, resiliencia y la belleza de encontrarse a sí mismo en tierras extranjeras.
Soy esa mujer que ha convivido siempre, desde que me conozco como persona, con la obesidad. Para mí, la obesidad es una enfermedad crónica, no es una elección, y que incluso con todos los tropiezos, recomienzos y todo, nunca dejé de buscar la salud, la ligereza y la conciencia. Enfrenté las miradas, los comentarios, las puertas cerradas, pero también descubrí mi fuerza interior, mi capacidad de amar mi cuerpo incluso cuando la sociedad decía que no debería.
Mi trayectoria personal me ha convertido en una defensora apasionada de la salud integral y del autocuidado consciente. Aprendí que nuestra relación con nuestro cuerpo es compleja, profunda y merece ser tratada con amor y respeto, no con juicios y exigencias.
Mi Trayectoria
Hubo un momento crucial en mi vida en el que tuve que pedir ayuda médica. Fue en ese momento en el que miré a un lado y pensé: quiero envejecer bien, quiero mirar a un lado y que las personas que tienen a mi alrededor sientan el amor que les tengo, de una manera en la que pueda ser independiente incluso si tengo una edad bastante avanzada. Esta decisión no fue fácil, pero fue transformadora.
Porque creo que cuidar de la salud hoy es la mayor prueba de amor que podemos dar a las personas que amamos y que están a nuestro alrededor. No se trata solo de apariencia o de cumplir con las expectativas sociales, sino de asegurarnos de tener la energía, la vitalidad y la presencia para compartir momentos preciosos con quienes amamos.
Mi experiencia con la menopausia precoz, combinada con todos los cambios corporales, me enseñó a escuchar a mi cuerpo con más atención y cariño. Aprendí que cada mujer vive esta etapa de manera única y que necesitamos espacios seguros para compartir nuestras historias, dudas y descubrimientos.
Hoy, dedico mi vida a crear puentes entre mujeres que, como yo, buscan vivir plenamente en cada etapa de la vida, celebrando nuestros logros, honrando nuestras cicatrices y abrazando nuestras transformaciones con valentía y dignidad.
Mi experiencia con la menopausia
Cuando me hice la cirugía bariátrica, también llegó conmigo una menopausia precoz, que es muy común cuando pasas por un gran cambio en tu cuerpo. Fue un momento de transformación física que coincidió con el inicio de mi menopausia a los 42 años, un período de grandes cambios donde mi cuerpo reaccionaba simultáneamente a la cirugía y a los inesperados cambios hormonales.
Al principio experimenté sudores nocturnos, irritabilidad, niebla mental y otras señales que inicialmente no asocié con la menopausia. Me sentía confundida y frustrada, buscando explicaciones a estos cambios que parecían sabotear mi proceso de recuperación de la cirugía. Noches de insomnio, cambios de humor que ni yo misma entendía, y una sensación constante de estar perdiendo el control sobre mi propio cuerpo.
Eventualmente llegó la confirmación médica de la menopausia precoz, a pesar de la resistencia inicial de los profesionales debido a mi edad. Tuve que insistir y buscar diferentes opiniones hasta encontrar profesionales que realmente me escucharan y comprendieran lo que le estaba pasando a mi cuerpo. Pero fue precisamente en ese momento de vulnerabilidad cuando encontré mi fuerza interior.
Tuve que aprender a escuchar a mi cuerpo con una atención que nunca le había dedicado antes. La alimentación, el ejercicio, el sueño, todo adquirió una nueva dimensión. Descubrí que el autocuidado no es egoísmo, sino un acto de amor propio esencial. Y fue a través de este viaje personal que me di cuenta de cuántas mujeres están pasando por los mismos desafíos, a menudo en silencio, sin entender lo que les está pasando o sin encontrar el apoyo necesario.
Este proceso se convirtió en un viaje de autodescubrimiento y reconstrucción que me llevó a ayudar a otras mujeres. Me di cuenta de que estas experiencias me dieron una sensibilidad especial para comprender las dificultades de las mujeres y una misión de compartir conocimientos sobre la salud de la mujer.
Estas dos experiencias no fueron enemigas, fueron maestras, fueron profesoras en mi vida y me obligaron a mirarme con más cuidado, a mirarme de verdad, a ponerme en la cima de mi lista. Hoy, miro hacia atrás y veo que la menopausia precoz, sumada a mi experiencia con la cirugía bariátrica, me trajo no solo desafíos, sino también valiosos regalos: autoconocimiento, compasión y un propósito de vida renovado.
Mis creencias y valores
Creo que nunca es tarde, que mientras haya vida hay tiempo para todo. Cada nuevo amanecer trae consigo infinitas posibilidades de recomienzo. La edad es solo un número que no debe limitar nuestros sueños y aspiraciones. Creo también que amar es una decisión, no solo un sentimiento pasajero. Es un compromiso diario que requiere dedicación, paciencia y comprensión. En el amor verdadero, elegimos permanecer incluso en los momentos difíciles.
Mi respeto comienza por mí y desde aquí se expande de forma auténtica a las demás personas. Cuando aprendo a honrar mis límites y valorar mi esencia, naturalmente creo un espacio donde el respeto mutuo puede florecer en todas mis relaciones. Creo firmemente que debemos mirar la realidad tal como es y no como desearíamos que fuera. Aceptar la verdad, incluso cuando es incómoda, es el primer paso hacia una transformación genuina. La claridad llega cuando eliminamos los filtros de nuestras expectativas y vemos con ojos honestos.
Creo que puedo elegir, que puedo equivocarme, que puedo crear mi vida con mis propias manos y que también puedo brillar sin pedir permiso a nadie. Nuestras elecciones, incluso las imperfectas, son instrumentos de aprendizaje y evolución. Somos los principales autores de nuestra historia. El amor es capaz de mover montañas. Es la fuerza más transformadora del universo, capaz de curar heridas profundas y construir puentes donde antes había muros. El amor genuino trasciende barreras e ilumina los caminos más oscuros de nuestro viaje.
Fue cuando descubrí que el autocuidado no es vanidad, sino responsabilidad afectiva conmigo misma. Es un acto de amor propio que me permite estar presente y disponible para los demás de manera plena y auténtica. Soy esa persona de corazón abierto que confía muy rápido, que habla de su vida sin problema, que no tiene nada que esconder. Aprendí que la vulnerabilidad no es debilidad, sino valentía de mostrarse verdadera en un mundo que a menudo fomenta máscaras y apariencias.
Thelma es esa persona que siempre tiene un hombro amigo, que siempre abre su corazón y que siempre habla desde el amor. Creo profundamente que cuando compartimos nuestras historias con autenticidad, creamos espacios seguros para que otros también puedan ser quienes realmente son. Mi viaje de autoconocimiento me enseñó que nuestros valores no son solo palabras bonitas, sino la brújula que guía nuestras decisiones diarias y define el legado que dejaremos en el mundo.
El Abanico de la Transformación
Hiciste tu tablero de sueños. Firmaste ese contrato contigo misma.
Y ahora… ha llegado el momento de dar el siguiente paso.
Hace unos años, uno de mis mentores me dijo algo que me marcó profundamente:
"No hay desarrollo profesional sin desarrollo personal."
Esa frase cambió mi vida. Porque si de verdad quieres transformar tu realidad, no puedes esperar a que algo externo lo haga por ti. El cambio empieza dentro de ti. Y cuando trabajas en ti, todo lo demás empieza a alinearse.
La vida te ofrece caminos, pero para verlos y aprovecharlos, necesitas estar preparada.
Lista para decir sí. Para avanzar. Para confiar en ti.
Y si has llegado hasta aquí, es porque estás lista para más.
🪭 El abanico es nuestro símbolo de transformación
¿Por qué elegí el abanico como símbolo? El abanico ha sido históricamente un aliado silencioso para las mujeres durante los sofocos de la menopausia. Pero va más allá de refrescarnos físicamente.
El abanico representa apertura y expansión. Al igual que un abanico cerrado guarda potencial hasta que se despliega, nosotras en la menopausia nos abrimos a una nueva etapa llena de posibilidades. Cuando se abre, el abanico revela su belleza completa - así como nosotras revelamos nuestra sabiduría acumulada.
Es una pausa, una toma de aire, un momento de control sobre el caos. Símbolo de feminidad y elegancia. En la corte española, francesa o inglesa, el abanico formaba parte del lenguaje del cuerpo. Era elegancia, expresión y poder contenido.
También simboliza el movimiento de aire, trayendo frescura cuando el calor parece abrumador. En este libro he compartido contigo ese "aire fresco" de conocimientos, experiencias y ahora tienes un apoyo en toda la sabiduría que adquiriste. Cuando los síntomas lleguen y parezcan sofocantes, abre el abanico y recuerda en ese mismo instante que podemos controlar nuestro bienestar, aun en momentos de intenso cambio hormonal.
Gracias por llegar hasta el final de este libro.
Si estás leyendo estas líneas, es porque algo dentro de ti ha resonado profundamente. Me encantaría saber cómo vas a vivir esta etapa de tu vida, ahora que ya entendiste muchas cosas. Puedes enviarme un mensaje por redes sociales, estoy siempre atenta a los mensajes de mis preciosas.
La menopausia no es el final de nada. Es el principio de una nueva versión de ti misma.
Más sabia, más consciente, más tú.
Si quieres saber más sobre mis cursos, ebooks, libros y videos, puedes encontrar todo en mi web: www.thelmabaniski.com
Este libro es solo el principio en vivir tu cambio.
Te espero con los brazos abiertos en otro libro, video clase o curso.
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